El centenario de la entrega de los Premios Nobel, que tendrá lugar en Suecia el próximo 10 de diciembre, se celebrará por todo lo alto. Todos los Premios Nobel vivos están invitados a la ceremonia, presidida, como es habitual, por los reyes Carlos Gustavo y Silvia. El benefactor de los premios más prestigiosos, Alfred Nobel, fue un destacado ingeniero que trabajó intensamente en perfeccionar los explosivos más peligrosos hasta inventar, en 1867,la dinamita. Sus mortíferos trabajos -sus empresas trabajaron y se enriquecieron gracias a la venta de armas y explosivos par a la guerra- no le impidieron instituir el Premio Nobel de la Paz, una contradicción que ha sido vista por muchos historiadores como un intento por limpiar su conciencia.
Alfred Nobel nació en Estocolmo el 21 de octubre de1833, hijo de un industrial sueco, Inmanuel Nobel. Era el tercero de cuatro hermanos varones. Vivió su infancia entre Suecia y Rusia, país al que se trasladó el padre, un hombre dotado de un gran talento para la invención, tras quebrar la empresa que poseía en su país natal. En San Petersburgo, Inmanuel Nobel levantó una fábrica de explosivos, en la que Alfred entró a trabajar a los 16 años.
Alfred y sus hermanos fueron educados por tutores suecos y rusos. En 1850, viajó a los Estados Unidos para estudiar Ingeniería Mecánica. También estudió Química en París y Tecnología en Alemania e Italia. Nobel tuvo siempre una gran capacidad para adquirir conocimientos y hablaba y escribía en seis idiomas: sueco, ruso, alemán, inglés, francés e italiano.
En 1854, Alfred regresó a Rusia y muy pronto se convirtió en la mano derecha de su padre. Con la guerra de Crimea, la pequeña empresa familiar creció hasta convertirse en una fábrica que daba empleo a mil obreros. Finalizada la contienda, sin embargo, llegó la crisis económica para la familia Nobel, que regresó a Suecia. Montaron una fábrica a las afueras de Estocolmo y allí Alfred Nobel se interesó por perfeccionar la nitroglicerina, un explosivo altamente peligroso (al ser líquido, explotaba con mucha facilidad ) que había descubierto el italiano Ascanio Sobrero.
Una imprudencia de uno de los empleados hizo volar la fábrica por los aires. Murieron cinco personas, entre ellas, Emile, el hermano menor de Alfred. Aquella tragedia, que le costó una apoplejía a don Inmanuel Nobel, no amilanó al todavía joven Alfred en su intento por conseguir un detonante menos peligroso para la nitroglicerina. Eso sí, tuvo que trasladar su fábrica, ya que las autoridades suecas le prohibieron realizar experimentos cerca delas poblaciones. Nobel, al que se conocía como "el científico loco", instaló su laboratorio en una gran barcaza en mitad de un lago. Pronto levantó una nueva y boyante empresa, con fábricas en Suecia, Noruega, Alemania y EEUU. Hubo muchos más accidentes y explosiones hasta que, en 1867, una casualidad le llevó a mezclar la nitroglicerina con un material poroso absorbente, la tierra de diatomeas. El resultado fue un polvo que sólo explosionaba cuando se usaba con detonadores eléctricos o químicos: la dinamita.
Aquel invento revolucionó la sociedad. Por un lado, fue muy bien visto por las empresas constructoras, ya que gracias a la dinamita se construyeron túneles, se abrió el ferrocarril en Estados Unidos, y se utilizó para construir los canales de Corinto y Panamá. Pero si el nuevo invento supuso un gran avance para las obras de la ingeniería civil, el mundo se aterrorizó al presagiar el uso de la dinamita confines bélicos. Alfred Nobel se convirtió en una de las personas más odiadas en Francia y en Suecia, hasta el punto de que decidió retirarse a San Remo (Italia). Sus últimos años los pasó solo, sintiéndose odiado e incomprendido, y con la salud muy mermada. Murió en San Remo en 1896,a los 63 años.
Ese odio por A1fred Nobel estuvo alimentado también por el extraño carácter del científico, Era un hombre misógino, de trato frío y distante y muy desconfiado, al que no le gustaba hacer vida de sociedad. A los 40 años, él mismo se consideraba "un hombre viejo", padecía fuertes depresiones y llegó a decir de sí mismo que "soy un monstruo que debía haber sido estrangulado al nacer". Poco se sabe de su vida amorosa, salvo que mantuvo una relación durante casi 20 años con Sophie Hess, una florista vienesa, casada, a la que concedía todos los caprichos.
Le gustaba mucho escribir -podía llegar a redactar hasta treinta cartas al día- y era un gran amante de la literatura. La baronesa Von Suttner, con la que mantuvo una relación epistolar, fue la única persona que logró sacarlo del aislamiento voluntario que se impuso en sus últimos años. Su relación fue tan extraña como enriquecedora, ya que ella era antibelicista y él estaba convencido de que la presencia de un arma realmente potente acabaría con las guerras. La baronesa consiguió que Alfred se mostrara más dialogante y abierto a aceptar ideas distintas a las suyas y fue la primera persona en saber que el científico no tenía intención de dejar su fortuna a sus herederos.
Desconfiado, Alfred Nobel prescindió de los abogados a la hora de redactar su famoso y polémico testamento. Lo escribió en París, en 1895, un año antes de su muerte. En el texto, escrito en sueco, estipuló que los ingresos provenientes de su fortuna -calculada entonces en unos 33 millones de coronas suecas- fueran divididos anualmente en cinco partes iguales y repartidos en forma de premios a aquellas personas que más hubieran destacado en beneficio de la Humanidad en los campos dela Física, la Química, la Medicina, la Literatura y la Paz. En 1968, el Banco de Suecia instauró el Nobel de Economía, dotado con el mismo dinero que el resto de los premios .
Tal y como había adelantado a su amiga la baronesa, Nobel no dejó su cuantiosa herencia a nadie en particular, lo que desató la ira de sus herederos, que impugnaron la última voluntad del científico. Era de la opinión de que "quienes han heredado grandes fortunas no han sabido jamás hacer uso de ellas".
Nobel dejó escrito qué instituciones deberían encargarse de adjudicar los premios, aunque en vida jamás se puso en contacto con ellas para saber si estarían de acuerdo en hacerlo o no. Después de tres años de polémica, se creó la Fundación Nobel. El 10 de diciembre de 1901, aniversario de la muerte de Alfred Nobel, fueron otorgados los primeros premios con su nombre,
Los premios se entregan en Estocolmo, salvo el de la Paz, que se entrega en Oslo, por expreso deseo de su creador, ya que, hasta 1905, Suecia y Noruega eran una misma nación. Cien años después de haber sido creados, los Premios Nobel siguen siendo los galardones más deseados, y los más polémicos, del mundo. El más controvertido es el de la Paz. Desde la perspectiva histórica, sorprende ver que han sido premiados personas tan poco pacifistas como Henry Kissinger o Theodor Roosevelt. También ha sido muy criticada la enorme contradicción de que la Fundación Nobel invirtiera en la industria de armas para mantener los fondos de los premios (actualmente cada premiado recibe unos 170 millones de pesetas). Se acusa a los Nobel de ser sexistas, ya que sólo 29 mujeres lo han ganado frente a más de 660 hombres; de ser prooccidentales, ya que el 90% de los premiados son europeos (españoles ha habido siete) o norteamericanos, y de tener a grandes olvidados, sobre todo en el apartado de Literatura, que es el más popular.
VÍDEOS DE Alfred Nobel
A continuación podemos ver un vídeo de Alfred Nobel :
