
Bernard
Charles Ecclestone nació el 28 de octubre de 1930 en
Suffolk, localidad inglesa cercana a Londres (Inglaterra), en
el seno de una familia humilde: su padre trabajaba como pescador
y su madre era ama de casa. Desde muy niño, Bernie demostró
que tenia un sexto sentido para los negocios. Cuentan que, como
el pueblo en el que vivía era muy pequeño, para
ir a la escuela tenía que tomar el tren. Bernie llegaba
siempre a la estación el primero, compraba todos los
billetes y luego los revendía a sus compañeros
obteniendo un pequeño beneficio. Otra fuente de ingresos,
siendo escolar, era revender pasteles y pan caliente.
Instalado con su familia en Londres, Bernie dejó los
estudios a los 16 años. Tras obtener el título
de bachillerato su padre le permitió que entrara a
trabajar como ayudante en el laboratorio de una compañía
de gas. Con su salario ayudaba a la familia y, además,
se costeaba una afición que le apasionaba: las motos.
Con 17 años participaba en carreras, aunque sin demasiado
éxito.
En el mundo laboral su experiencia como trabajador le hizo
comprender que no había nacido para ser asalariado.
Tenía ambición, energía y una cabeza
llena de ideas. Se asoció con un amigo, Fred Compton,
para montar una tienda de compra-venta de motocicletas. En
el modesto local que alquilaron ya se veía uno de los
rasgos del carácter del futuro millonario: el orden.
Era tan maniático con eso que tenía todas las
motos ordenadas a la perfección en el escaparate y
no permitía que hubiera ningún objeto fuera
de su lugar, Pero no fue eso lo que le hizo rico, sino la
coyuntura que dejó el final de la Segunda Guerra Mundial.
Acabada la contienda, había que reconstruir muchos
edilicios destrozados por las bombas y Bernie se metió
en el negocio de la construcción y la compraventa de
terrenos.
Con 20 años hizo sus pinitos en las carreras de coches.
Se subió por primera vez como piloto a un Cooper de
Fórmula 3 con motor de 500 cc. La experiencia le gustó
y le permitió correr en categorías más
potentes, pero el grave accidente que sufrió en Brands
Hatch, en 1951, le alejó de los circuitos.
En 1957, volvió al ambiente automovilístico,
no como corredor sino como manager del piloto Stuart Lewis-Evans
y, ese mismo año, compró el equipo Connaught,
de Fórmula 1. La primera carrera de esa escudería
bajo el mando de Bernie fue el Gran Premio de Mónaco
de 1958. Como sus dos pilotos no lograron clasificarse, él
mismo se subió a uno de los autos, pero también
falló en el intento: se clasificó en el puesto
28º en una carrera de 28 autos. Volvió a quedar
último en el Gran Premio de Gran Bretaña, pero
no se rindió. Sin embargo, un nuevo revés volvió
a cruzarse en su camino. Lewis-Evans -que había trabajado
para él y entonces pilotaba en Vanwall- sufrió
gravísimas quemaduras al explotar su motor en el Gran
Premio de Marruecos. Seis días después, murió.
A Ecclestone le impresionó tanto aquella muerte que
dejó el mundo del automovilismo nuevamente.
Entonces se aficiono al juego hasta el extremo de rozar niveles
peligrosos. Convertido en jugador compulsivo, el empresario
se pasaba los fines de semana encerrado en su casa, participando
en timbas interminables en las que se movía mucho dinero.
Con fama de negociador duro, aunque leal y cumplidor, ha sido
protagonista de leyendas urbanas sin fundamento como, por
ejemplo, que había sido el cerebro del asalto al tren
correo de Glasgow.
Su amistad con el piloto Roy Salvadori le llevó a
convertirse en manager de Jochen Rindt y en copropietario
de la escudería Lotus, cuyo otro piloto era Graham
Hill. Ecclestone volvió a sufrir un duro golpe cuando
Rindt perdió la vida en 1970 en el circuito de Monza.
Aunque muy tocado por aquella fatalidad, Bernie siguió
en la especialidad, pero en el papel de propietario al adquirir
el equipo Brabham. Poco más tarde, fue nombrado presidente
de la Asociación de Constructores de Formula 1 (FOCA
por sus siglas en inglés), que agrupaba a todas las
escuderías y que había fundado junto a Frank
Williams, Colin Chapman, Teddy Mayer, Ken Tyrrell y Max Mosley,
el presidente de la Federación Internacional de Automovilismo
(FIA), que se vio envuelto en un gran escándalo al
revelarse que había participado en orgías con
parafernalia nazi. Ecclestone asumió el control de
FOCA en 1978, con Mosley como su consejero legal, y dividió
por primera vez las ganancias televisivas, dándole
un 47% a los equipos, un 30% a la FIA y un 23% a la FOCA,
es decir, a sí mismo. A cambio de eso, la FOCA se hacía
cargo de los premios. Antes de la llegada de la mano disciplinada
de Ecclestone, la Formula 1 era una olla de grillos donde
los equipos negociaban por separado, los premios se calculaban
aleatoriamente, los horarios eran distintos en cada competición
y se hacían las promociones según las posibilidades
del país anfitrión. Y, lo más importante,
no existía el concepto de “espectáculo”,
que Bernie impuso.
En 1982, durante el Gran Premio de Italia conoció
a Slavica Radic, una imponente modelo croata 28 años
más joven que él y 29 centímetros más
alta, con la que se casó. La pareja tuvo dos hijas
-Tamara y Petra- y, tras 28 años de convivencia, han
firmado un divorcio con el que Slavica se ha llevado 1.300
millones de euros.
Con una operación de corazón y un triple bypass
a cuestas, Ecclestone mantiene las energías para controlar
hasta el último negocio que se genera en los circuitos,
a donde invita a personajes famosos, especialmente miembros
de la realeza. Su vida no ha estado exenta de sucesos controvertidos
como cuando se supo que había donado un millón
de euros al Partido Laborista, poco antes de que éstos,
en el Gobierno, mantuvieran la publicidad del tabaco en la
Fórmula 1. Residente en Suiza, vendió su mansión
en Londres por 70 millones de libras, el precio más
alto jamás pagado por una casa. Tras una apariencia
física endeble y desaliñada, esconde una gran
personalidad. Típico “hombre hecho a sí
mismo”, con un carácter fuerte e indomable, se
le teme tanto como se respeta y ha hecho de la Fórmula
1 un sólido y próspero negocio.
VÍDEOS DE Bernie Ecclestone
A continuación podemos ver un vídeo de Bernie Ecclestone :