Boris Yeltsin, primer presidente de la Rusia postcomunista

Boris YeltsinBoris Nikolayevich Yeltsin nació el 1 de febrero de 1931 en Butka, cerca de Sverdolvsk (Rusia), ciudad de los Urales llamada Ekaterimburgo hasta 1924 y donde, en 1918, fueron fusilados el zar Nicolás II y su familia. Boris, nombre que significa “el más fuerte”, fue hijo de un matrimonio campesino, KlavdiyaVasilyevna Yeltsina y Nikolai Ignatevich Yeltsin. Sus abuelos, también campesinos, habían perdido sus tierras con la llegada del comunismo. El día de su bautizo estuvo a punto de morir ahogado en la pila bautismal por un despiste del cura. Su niñez estuvo salpicada de travesuras, que su padre reprimía a correazos. Jugando con unos explosivos perdió dos dedos de una mano y, una vez, le dijo a su madre: “Un día seré jefe”. Nadie pudo entonces imaginar que llegaría a ser el primer presidente de la Rusia moderna.

Expulsado de la escuela por criticar los modos fascistas de una profesora, estudió ingeniería en el Instituto Politécnico de los Urales. Allí conoció a Anastasia Girina Iosofovna, una joven de Siberia a la que llamaban Naïna. La afición de ambos por el voleibol deporte en el que Yeltsin destacaba, les hizo enamorarse. Se casaron en 1952, se licenciaron en 1955 y tuvieron dos hijas: Yelena y Tátiana.

Trabajador en el sector industrial, Yeltsin ingresó en el Partido Comunista en 1961. Fue ascendiendo en el organigrama hasta que, en l976, le nombraron presidente regional del partido en Ekaterimburgo. Seis años después, era miembro de pleno derecho del Politburó, haciéndose famoso por sus críticas contra la corrupción de algunos de sus compañeros. Mijail Gorbachov, impulsor de la “perestroika” (reestructuración), le llamó a Moscú en 1985, dándole el mando de la organización comunista de la capital soviética, cargo equivalente a la alcaldía. En octubre de1987, tras nuevos enfrentamientos con los miembros más “duros” del PCUS, aprovechó el festejo del 70º aniversario de la revolución bolchevique para arremeter contra las ambigüedades de Gorbachov. El líder soviético le destituyó fulminantemente. Tras su cese, Yeltsin ocupó la primera vicepresidencia del Comité Estatal de la Construcción. Dos años más tarde, regresó a la escena política al resultar elegido diputado por Moscú con el apoyo del 90 por ciento de los votantes. Después, en 1990, fue elegido jefe del parlamento ruso y, ese mismo año, dejó el partido comunista. En 1991, como candidato del movimiento Rusia democrátíca (partido de corte socialdemócrata y neoliberal), obtuvo casi el 60 por ciento de los votos y se proclamó presidente de la Federación Rusa, convirtiéndose en el primer líder ruso elegido democráticamente.

El mayor momento de gloria de Boris Yeltsin fue, sin duda, el 19 de agosto de 1991 cuando, subido a un tanque arengó a los soldados para detener un golpe de estado de los comunistas de la vieja guardia contra Gorbachov, con la intención de frenar la descomposición de la URSS. El golpe quedó frustrado y Yeltsin, avalado por las potencias occidentales, ilegalizó el Partido Comunista en Rusia. Cuando Gorbachov volvió de Crimea, donde había permanecido durante la crisis, la agonía del régimen comunista llegaba a su fin. La “muerte” de la URSS se oficializó el 25 de diciembre de 1991, cuando Mijail Gorbachov dejó su cargo como presidente de la URSS. Ésta se transformó en la CEI (Comunidad de Estados Independientes), con Rusia como principal potencia. Según Felipe González, ex presidente del gobierno español, Gorbachov cometió el error de “convocar elecciones en las repúblicas antes que en la propia URSS”. Tras haberle arrebatado el poder, Yeltsin impuso en sus relaciones internacionales con las otras potencias la condición del aislamiento de Gorbachov. Sería el rey Juan Carlos quien, en 1992, rompió este acuerdo tácito, invitando al ex político soviético a la Exposición Universal de Sevilla.

Convertido en el líder de una Rusia que aspiraba a ser democrática, Yeltsin empezó nombrándose, por decreto, jefe del Ejército. En 1992, los rusos sufrieron los brutales efectos de una burda reforma económica que liberalizó los precios, disparó la inflación e hizo añicos los ahorros de los sectores que hubieran tenido que conformar una futura clase media rusa. Se inició también el programa de privatización de las tierras y de las propiedades del Estado, lo que provocó que un limitado grupo de empresarios vinculados con el Kremlin se enriquecieran de forma desmesurada al adquirir, a precios de risa, los rentables monopolios estatales. Esta nueva clase de oligarcas serían los que, en 1996, le ayudaron a volver a ganar las elecciones presidenciales cuando su prestigio estaba por los suelos. A ello había contribuido que, tres años antes,Yeltsin no había vacilado en decretar la disolución del Parlamento porque éste se oponía a sus medidas. Los diputados se negaron a acatar sus órdenes y Yeltsin no tuvo el menor problema en ordenar abrir fuego contra el Parlamento. Murieron varios centenares de personas. Támpoco le tembló el pulso para ordenar la invasión militar de la república caucásica de Chechenia.

Los dos últimos años de Yeltsin estuvieron marcados por sus enfermedades (en 1996 le hicieron cinco by-pass coronarios), su desmedida afición a la bebida y las escenas entre hilarantes y vergonzosas durante sus encuentros oficiales, a veces en presencia de otros líderes mundiales. Según escribió su guardaespaldas, Mijail Korzhakov, Yeltsin era alcohólico, depresivo y ciclotímico, lo que explicaría sus chocantes comportamientos en público, como la vez que le palmeó el trasero a una secretaria o le cogió la batuta a un director para dirigir una orquesta. Su fracaso en Chechenia, una nueva devaluación del rublo en 1998 y el “Kremlingate” (escándalo por el enriquecimiento de su familia por tráfico de influencias) provocaron una crisis económica y política que acabó con su dimisión, el 31 de diciembre de 1999. Nombró sucesor a su primer ministro y ex espía, Vladimir Putin y se retiró, con inmunidad vitalicia, a su casa de campo en Barvija.

El 23 de abril un fallo cardiaco acabó con su vida, a los 76 años. El “zar de los Urales” reposa ya en el cementerio de Novodievichi tras una tibia despedida de sus conciudadanos y un funeral ortodoxo, al que asistieron George Bush padre y Bill Clinton, ex presidentes de EEUU.


VÍDEOS DE Boris Yeltsin
A continuación podemos ver un vídeo de Boris Yeltsin:





Fotos de Boris Yeltsin:



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