Manuel Benítez Pérez nació en Palma del Río (Córdoba) el 4 de mayo de 1936, pocos meses antes de estallar la Guerra Civil. Fue el menor de los cinco hijos de José Benítez, camarero, y Ángeles Pérez, jornalera, que falleció, de anemia, cuando Manuel tenía sólo tres años. Poco después murió también el padre, preso en las cárceles franquistas. Manuel y sus hermanos (Angelita, Encarna, Pepe y Carmela) se quedaron solos y la mayor hizo las labores de padre y madre. Manuel no fue a la escuela (aprendió a leer y escribir de mayor) y su infancia fue una continua lucha contra la miseria. Trabajó en el campo desde niño para ayudar a la maltrecha economía familiar y palió el hambre robando frutas, verduras y gallinas, pero esas penurias avivaron su inteligencia y no cambiaron su carácter alegre, optimista y positivo.
Desde muy pequeño Manuel Benítez supo que quería ser torero y a los 15 años se escapó de su casa con un amigo para recorrer los pueblos de España a la búsqueda de una oportunidad. No consiguió otra cosa que dar con sus huesos en los cuartelillos donde, por lo menos, comía caliente. En esa época se llevó más de una paliza de los vigilantes de las dehesas cuando lo descubrían toreando alguna res de lidia. Cuando tenía sólo 16años se trasladó a Madrid, donde sus hermanos habían emigrado a la búsqueda de oportunidades. Trabajó como peón de albañil, sin olvidar sus ambiciones taurinas. Así se lo explicó a Anita Sánchez, una chica que fue su novia entre 1953 y 1955.
Obsesionado con tener un mejor futuro, decidió saltar al ruedo como espontáneo. Fue el 28 de abril de 1957 en la madrileña plaza de Las Ventas. Tras el revolcón que le dio el toro, Benítez salió de allí con la ropa rota y escoltado por dos policías. Ingresó en la cárcel de Yeserías, pero no estuvo allí mucho tiempo.
En aquella corrida toreaba Pablo Lozano, una persona que sería muy importante en su vida ya que, con el tiempo, el matador sería apoderado y “profesor” particular de Benítez. Un año y medio después ,tras haber trasteado unas becerras en el campo salmantino en presencia de tres matadores famosos -Curro Romero, Chamaco y Pedrés- Benítez se vistió el traje de luces (lo alquiló por 400 pesetas) en Talavera de la Reina. “O te compro una casa o te visto de negro”,le dijo a su hermana Ángela poco antes de salir al ruedo en su primera novillada. Con las 80.000 pesetas que cobró esa tarde le compró la casa. Sus primeras apariciones las hizo con el nombre artístico de “El Renco”, su apodo familiar, y también se hizo llamar “El palmero” y “El niño de las habas”. Para entonces tenía como apoderado a Luis López, hijo del constructor para el que había trabajado como albañil a su vuelta del servicio militar que cumplió en 1958 en la Unidad de Carros de Combate de Campamento (Madrid).
Pero el verdadero artífice del mito taurino que llegaría a ser Manuel Benítez fue José María Montilla, “El Pipo”. Se conocieron en un bar, poco después de que Benítez no consiguiera ser contratado como jornalero para la recogida de la remolacha en Francia. Apenas entablaron conversación, el avispado apoderado se dio cuenta de que el joven era un diamante en bruto. No se equivocaba. Lo primero que hizo fue cambiarle el apodo.”Desde ahora te llamarás El Cordobés” . Su siguiente maniobra fue ponerse en contacto con Manuel Lozano Sevilla, un crítico taurino relacionado con el régimen franquista, ofreciendo a su pupilo para torear en un festival taurino en El Pardo. La oferta fue aceptada y la plaza portátil que se instaló en la residencia del general Francisco Franco se llenó hasta la bandera. En la recepción que siguió, Franco le dijo: “Muchacho, hay que tener menos valor y más cabeza para estar delante de un toro”. Para hacer de él una leyenda, “El Pipo" le montó una curiosa campaña publicitaria –le hizo arrojar desde un balcón billetes de 100 pesetas firmados o dar propinas de 300 pe-setas a un limpiabotas- y lo presentaba en todas partes como “el torero de los pobres”.Gracias a todo eso El Cordobés empezó a subir como la espuma: en 1961 actuó en 67novilladas y, al año siguiente, en 109. Un año después, protagonizó la película “Aprendiendo a morir”, de Pedro Lazaga, y dos años más tarde hizo “Chantaje a un torero”, de Rafael Gil. La alternativa como matador le llegó el 25 de mayo de 1963 en Córdoba, apadrinado por Antonio Bienvenida. Su confirmación como torero fue en Madrid el 2l de mayo de 1964, donde sufrió una grave cogida .
Famoso gracias a un estilo de toreo circense (creó el “salto de la rana” o el “molinete de rodillas”), El Cordobés cazaba con Franco, se codeaba con la élite del toreo, fue portada de “Life”, anfitrión de los Beatles y de actores famosos y llegó a estudiar inglés para estrechar su amistad con los Kennedy. Su personaje sedujo a los escritores Dominique Lapierre y Larry Collins, autores de “O llevarás luto por mí”, una biografía que se convirtió en un buen retrato de la España franquista.
Aunque muchos críticos han asegurado que El Cordobés no ha aportado nada serio a la tauromaquia, el diestro de Palma del Río fue aplaudido a rabiar por el público y encabezó el escalafón taurino en1965 (año en que “El Pipo” dejó de ser su representante) y 1967 . En 1970 alcanzó la cifra más alta de corridas, 121 (en1994, Jesulín de Ubrique le superó con 153). El Melenas, como lo apodaban en los ambientes taurinos, fue el primero en ganar la mítica cantidad de un millón de pesetas por corrida y el que se enfrentó al poder de los empresarios taurinos y de los propietarios de las plazas. En septiembre de 1971,tras amasar una fortuna de más de 2.000 millones de pesetas, se retiró para dedicarse a la explotación de sus fincas. El 11 de octubre de 1975 Manuel Benítez se casó con Martina Fraysser, una francesa a la que había conocido en1964y con la que, en 1968, tuvo una hija: Maribel. El diestro la reconoció como suya y, después de unos años de correrías, se llevó a madre e hija a su finca de Villalobillos. Tuvieron cuatro hijos más: Manuel, Rafael, Martina y Julio. Pese a que el diestro sólo admite tener esos cinco hijos, han sido varias las demandas por paternidad a las que se ha tenido que enfrentar. El Tribunal Supremo decidió, en 1988, que el torero era el padre de Manuel, un chico nacido en Florida (EEUU) en1969 de su relación con la norteamericana Elizabeth Alina Velasco. La querella se reabrió años después al descubrirse que algunas de las pruebas fotográficas eran falsas. También demandó su paternidad Manuel Díaz, que en 1993 tomó la alternativa como torero con el sobrenombre de El Cordobés. La tercera demanda fue de Ángeles Raigón, cordobesa de 33 años.
Aunque se había retirado, el gusanillo de los toros seguía vivo y El Cordobés reapareció en marzo de 1978 en un festival benéfico en La Maestranza de Sevilla y al año siguiente volvió como profesional. Pero el tiempo no había pasado en balde y pese a que Benítez siempre ha mantenido un excelente estado físico (no bebe, no fuma, come muy sano y hace mucho deporte y estiramientos) las críticas fueron severas. Volvió a retirarse después de que el l5 de septiembre de 1981 Fernando Elez muriera al saltar a la plaza de toros de Albacete. Algunos lo acusaron de no haber auxiliado al espontáneo.
Desde aquella fecha, el torero de La Palma ha sido como un Guadiana, apareciendo y desapareciendo del escenario taurino. Mientras, viviendo de sus millonarias rentas y cultivando sus autoproclamadas dotes para la sanación, sigue siendo una figura de primera línea que se codea con los personajes importantes de este país.
VÍDEOS DE El Cordobés
A continuación podemos ver un vídeo de El Cordobés :