Gary Wayne Coleman nació el 8 de febrero de 1968 en Zion, una pequeña ciudad del estado de Illinois (EEUU). Abandonado por sus padres biológicos al poco de nacer, fue adoptado por Willis, un operador de carretilla elevadora, y Sue, una enfermera. Cuando el niño tenía 18 meses, el matrimonio se entero de que había nacido con un grave problema renal que le ocasiono una nefritis (destrucción autoinmune del riñón). Esta enfermedad detuvo su crecimiento a una edad temprana, llevándole de adulto a alcanzar una estatura de únicamente 1,42 metros, lo que se convertiría, años después, cuando ya era actor, en una de sus características más determinantes. A causa de su enfermedad, Gary tuvo que someterse a dos trasplantes de riñón -uno en 1973 y un segundo en 1984- y requería constantes diálisis.
Dueño de una sonrisa contagiosa y de una gran inteligencia, su madre adoptiva le llevo a un “casting” para un anuncio a los 6 años. A partir de ahí, empezó a trabajar haciendo “spots” publicitarios. Con sólo 9 años se hizo muy conocido entre los telespectadores de Chicago por su aparición en la publicidad de una entidad bancaria, pese a que apenas decía cinco palabras. Pero aquel anuncio no sólo gusto al público en general: Norman Lear, un avispado productor televisivo, se lo llevo a Hollywood para que protagonizara una nueva versión de la serie “The Little Rascals”, de la que sólo se grabó el episodio piloto.
Sin embargo, en 1978, la cadena norteamericana NBC decidió poner en marcha “Diff’rent Strokes», título original de la serie que en España se llamó “Arnold”. Fue una “sitcom” rompedora por varias razones. Primero, porque presentaba a dos niños afroamericanos -los hermanos Jackson- adoptados por el multimillonario blanco Philip Drummond (Conrad Bain), en cuya casa había servido la madre de los dos niños antes de morir. Segundo, porque el cariño surgido entre el pequeño Arnold y su hermanastra Kimberly (Dana Plato) era tan sincero que podía dar mucho que hablar a quienes seguían oponiéndose a las relaciones entre personas de diferentes razas.
Contra todo pronóstico, el éxito de emisión de la serie fue tan grande que se prolongo durante ocho temporadas. Entre los seguidores de aquella comedia televisiva se encontraba la mismísima Nancy Reagan, quien llegó a realizar un cameo en una de las entregas. Durante los seis años que “Diff’rent Strokes” estuvo en antena, Coleman demostró que su talento para la comedia iba más allá de su talla. El pequeño gran actor hizo famosas coletillas como “¿De qué me estas hablando, Willis?” o “Kimberly “. En el momento de más fama de la serie, Gary ganaba 70.000 dólares por episodio, una auténtica fortuna.
Los años que siguieron tras la cancelación de la serie, que acabó en 1986, fueron de pura frustración. Gary intentó capitalizar la imagen que le había hecho famoso en “Arnold” para protagonizar campanas publicitarias en lugar de tomar parte en nuevas series televisivas, pero lo que verdaderamente le convirtió en carne de cañon de la prensa amarilla fue el juicio que inició contra sus padres y su manager por haberse quedado con buena parte de los cerca de 10 millones de euros que había ganado trabajando. En febrero de 1993, Coleman ganó el juicio en el que se condenó a sus padres a pagarle un millón de euros. Pese a ello, seis años después, se declaró en bancarrota. En aquel periodo, había hecho alguna aparición esporádica en series diversas o programas televisivos, pero eso apenas si le reportaba ingresos.
En 1998, volvió a las portadas de los diarios sensacionalistas cuando le asesto un puñetazo a una fan que le pedía un autógrafo -seguramente con demasiada insistencia- mientras el actor se encontraba en un centro comercial de California comprando un chaleco antibalas. Para entonces, Gary trabajaba como guardia de seguridad y el incidente tuvo mucha repercusión, llegando a ser incluso parodiado en un episodio de los Simpson.
El actor quiso cambiar de carrera en el 2003, cuando anunció su candidatura a gobernador de California, convirtiéndose en uno de los 135 aspirantes a un importantísimo cargo que ganó el también actor Arnold Schwarzenegger. Coleman quedó octavo, justo por debajo del editor de la revista erótica “Hustler”, Larry Flynt.
A pesar de la derrota, Coleman siempre agradeció aquella oportunidad de, según dijo, demostrar su “inteligencia”. Pese a aquello, su vida siguió viéndose envuelta en escándalos diversos como las 20 ocasiones en las que la policía se personó en su casa de Utah en los últimos cinco años por diferentes problemas. El actor reconoció que en dos ocasiones había intentado acabar con su vida. En el año 2004, se estrenó un montaje en Broadway basado en su efímero estrellato con el título “Avenue Q” y que fue merecedor del Tony a la mejor obra de aquel año.
Casado el 28 de agosto de 2008 con Shannon Price, una joven veinteañera blanca con la que no tuvo hijos y que fue detenida en la primavera del 2009 por presuntos malos tratos al actor. A1 parecer, Sharon no había dejado entrar en casa a Gary, al que agredió con graves insultos.
Un 19 de mayo, Coleman ingresó de urgencia en el hospital a consecuencia de una caída en su vivienda, que le provocó una conmoción cerebral. En lo que iba de año, el actor ya había sido hospitalizado en dos ocasiones, al parecer con síntomas parecidos. Una de ellas en febrero, cuando intervenía en un programa televisivo.
Tras unos días ingresado en el Utah Valley Regional Medical Center, el actor entró en coma hasta que, finalmente, el 28 de mayo, su esposa tomó la decisión de que lo desconectaran. En el momento de su muerte, tenía 42 años. Sus problemas económicos, legales o de salud nunca ensombrecieron su fama en EEUU, que fue la de un niño que nunca llego a crecer. Las redes sociales como Twitter se hicieron eco de su muerte y algunas celebridades como la cantante Paula Abdul o la tenista Serena Williams utilizaron la Red para enviar sus condolencias. El conocido comentarista de la prensa del corazón, Pérez Hilton, le deseó que desde ahora en adelante disfrute “de toda la leche can galletas” que pueda, allá donde esté.
VÍDEOS DE Gary Coleman
A continuación podemos ver un vídeo de Gary Coleman :
