Hillary Rodham nació el 26 de octubre de 1947 en Chicago ( Illinois, EEUU ), donde creció junto a sus dos hermanos. Sus padres, Dorothy y Hugh, la educaron para ser trabajadora, estudiosa y no sentirse limitada por ser niña. La personalidad de su padre, un republicano muy conservador, duro, tacaño, metodista ortodoxo y autoritario, influyó enormemente en el carácter de esta niña que, con los años, llegaría a ser primera dama. Rodham educó a Hillary para ser competitiva, insistiéndole en que leyera las cotizaciones de Bolsa y jugara al fútbol con sus hermanos. Pese a que la economía familiar iba bien, el hombre jamás dio dinero a sus hijos y les escamoteaba la calefacción en pleno invierno.
Por su parte, su madre, hija de una adolescente casi analfabeta, le inculcó desde pequeña que debía triunfar en el mundo delos hombres. Su sueño era que fuese la primera mujer que presidiera el Tribunal Supremo de su país. Le enseñó que no necesitaba gustar a los chicos cuidando su aspecto físico, sino que debía aspirara metas más elevadas. Desde pequeña empezó a colaborar en la parroquia de su barrio para ayudar a los niños negros e hispanos que más lo necesitaban. Pese a ser una pésima deportista organizaba competiciones atléticas y, líder de las girl scouts, fue delegada y portavoz de sus compañeras de clase. Hillary se graduó con excelentes notas en el Wellesley College, un selecto centro Privado para mujeres de la Costa Este. Después, ingresó en la Escuela de Derecho de la Universidad de Yale, donde sus compañeros la admiraban por su inteligencia y capacidad de estudio, pero la apodaban “sister frigidaire” por su gélida naturaleza.
Descubrió la causa demócrata gracias a Martin Luther King, la guerra de Vietnam y el clima hippy que se respiraba en aquellos años en los campus universitarios norteamericanos. Hillary era una delas estudiantes más activas de Yale en política social liberal y en la lucha por los derechos de la mujer y de los niños cuando conoció a William Jefferson Clinton. Bill era entonces un atractivo joven de barba pelirroja, encantador e inteligente que soñaba con hacer carrera política. “Si vas a seguir mirándome fijamente y yo voy a seguir devolviéndote la mirada, creo que al menos deberíamos conocernos Soy Hillary Rodham ¿Cómo te llamas?”, le dijo a Bill cuando se vieron por primera vez en la biblioteca de la universidad.
Tras licenciarse con brillantes notas en 1974, Hillary siguió a Clinton hasta su pueblo, Fayatteville, en el sureño estado de Arkansas. Un año después, pese al disgusto del padre de Hillary por la decisión de su hija de casarse con un baptista del sur, la pareja contrajo matrimonio. Tampoco a la madre de Bill le gustó, de entrada, aquella nuera que conservaba el apellido de soltera. Su hijo le respondió con contundencia: “O ella o ninguna”, cuando su madre le criticó a aquella joven con gafas de culo de vaso, descuidada melena y pantalones que no realzaban una silueta de gruesas piernas y caderas. La única hija de la pareja nació en 1980 y recibió el nombre de Chelsea en honor a una canción de Judy Collins titulada “Chelsea Morning”. Durante su primer año en Arkansas, Hillary impartió clases de Derecho en la facultad de Fayetteville y, más tarde, en Little Rock. En esta ciudad, capital de Arkansas, Hillary trabajó en el prestigioso bufete de abogados Rose Law Firm.
En su carrera profesional, Hillary siempre fue por delante de Bill. Mientras que el sueldo de éste era de 35.000 dólares anuales, el de ella se cifraba en 160.000 dólares. No en vano estaba considerada una de los cien abogados más prestigiosos de Norteamérica. El dinero y el éxito les fueron muy bien a este matrimonio que, además de como pareja, siempre ha funcionado como una perfecta asociación. Desde el momento en que Clinton dio sus primeros pasos en la carrera política, Hillary siempre estuvo a su lado, respaldándole y aconsejándole. Clinton fue derrotado en las primeras elecciones al Congreso a las que se presentó, pero en 1978, con sólo 3l años, logró ser elegido gobernador de Arkansas, cargo que ostentó hasta 1980 y que volvió a repetir desde 1982 hasta 1990. Durante estos años y para beneficiar la carrera política de su marido, Hillary empezó a hacerse llamar Clinton. Durante la campaña electoral que el 3 de noviembre de 1992 llevó a la presidencia de los EEUU a Bill Clinton, muchos se dieron cuenta de que Hillary no iba a ser la típica primera dama. Independiente, inteligente y capaz de pensar por sí misma, Hillary desembarcó en la Casa Blanca con ganas de cambiar el papel de “florero” que habitualmente se había otorgado a las esposas de los presidentes. Sin apenas conocer a nadie en Washington, el matrimonio se rodeó de personal traído de Arkansas. La jugada no acabó de salirles bien y los líos financieros en los que algunos de estos consejeros y asistentes se vieron envueltos perjudicaron mucho la imagen de los Clinton. Pero el tema de los escándalos había arrancado antes de que Clinton llegara a la presidencia. De hecho, su carrera hasta el despacho Oval estuvo a punto de ser bombardeada por el escándalo Jennifer Flowers, con la que Clinton tuvo un prolongado romance. En aquella ocasión, Hillary hizo de tripas corazón y, pese a conocer los devaneos de su marido en tema de faldas, salió públicamente en su defensa.
Lo mismo sucedió años después cuando, en 1998 y ya presidente, el asunto Monica Lewinsky estuvo a punto de costarle el cargo. Durante ocho meses Hillary creyó la versión de que todo era una conspiración de la derecha ultraconservadora para destruir a su marido y lo defendió con uñas y dientes. Finalmente, Clinton confesó, ante su familia y ante todo el país, que todo había sido verdad. Según ha revelado, Hillary sintió deseos de “retorcerle a Bill el pescuezo”.Tras unos meses de frialdad glacial entre ellos, tomó la decisión más difícil de su vida: seguir con él y salvar su matrimonio.
Para entonces, Hillary había sufrido una de sus más amargas derrotas políticas, ya que la reforma del sistema sanitario estadounidense, que su marido le había encargado extraoficialmente, fracasó totalmente. Los Clinton también habían sufrido el embate del caso Whitewater, un escándalo de corte económico y financiero en el que hubo asesinatos nunca aclarados. Cuando en el año 2000 George Bush Jr. reemplazó a Clinton en la presidencia, Hillary dejó la Casa Blanca con un cierto alivio. Pese a que podría haber optado por dedicarse a dar conferencias o retomar su carrera como abogado, decidió meterse en política para hacer carrera por sí misma y no como “escudera”, de su marido. El 7 de noviembre del 2000, tras una campaña electoral centrada en la educación, los niños, las mujeres y un sistema de seguridad social público, sacó el escaño de senadora por el estado de Nueva York, convirtiéndose así, en la primera esposa de un presidente elegida para un cargo público. La flamante senadora ha vuelto ahora a la actualidad pública por la edición de “Living history”, un libro que le ha generado un beneficio de 8millones de dólares y en el que narra sus ocho años en la Casa Blanca, asunto Lewinsky incluido. La economía familiar se “redondeará” cuando Bill Clinton cobre 10 millones de dólares más por escribir su autobiografía.
VÍDEOS DE Hillary Clinton
A continuación podemos ver un vídeo de Hillary Clinton :
