Horacio Casarin



BIOGRAFIA DE Horacio Casarin

Nombre Real: Horacio Casarín.
Ocupacion: jugador de fútbol.
Nacimiento: 25 de mayo de 1918.
Lugar de Nacimiento: Ciudad de México, México.
Fallecimiento (†): 10 de abril de 2005.


Nació el 25 de mayo de 1918, y los recuerdos renacen al hablar de este mítico jugador por su paso en las canchas de México con equipos como el Necaxa, Atlante, América, su efímero paso con el Barcelona de España, así como su amor por la camiseta de la selección mexicana de futbol.

Nació en la colonia Roma de la ciudad de México, estudió en el Colegio Francés de Alvarado, ahí inició su contacto con el futbol y mostró sus cualidades como atleta, un jugador completo en velocidad, dinámica ejecución. En ese colegio también surgieron otros jugadores de calidad como “Perico” Vera, Baldomero, el “Chanclas” Zamudio.

Horacio Casarín apareció en Primera División a la corta edad de 17 años con la camiseta rojiblanca del Necaxa, el equipo de sus sueños. En el campeonato de 1937-1938 Casarín se convirtió en el goleador de los Electricistas además de afianzarse la titularidad después de su paso por la selección nacional y colocó a este equipo en los planos más altos del balompié mexicano al ganar el campeonato en esa temporada.

Rafael Garza ‘Récord’ fungía como entrenador del combinado mexicano, y llamó a Casarín para formar parte de aquella selección que participaría en los Juegos Centroamericanos de Panamá, evento en el que México obtuvo el título lidereado por el hábil extremo izquierdo y acompañado por una delegación de magníficos jugadores como Felipe Rosas ‘el Diente’, Tití, ‘Pirata’ Fuente, ‘Pichojos’ Pérez, ‘Perro’ Ortega, entre otros.

Horacio anotó un gol frente a Costa Rica, así se consolidó el cariño de la afición con él y el triunfo ante los Ticos le daba el campeonato a la escuadra nacional.

Después de proclamarse campeón en 1938, en la campaña 1938-1939 ‘El Campeonísimo’ Necaxa disputó una vez más el campeonato ante el Asturias. Esta vez Casarín contó con marca especial. Las entradas sobre el artillero necaxista era violentas, aún así logró anotar y fue entonces que los defensores del equipo contrario pararon en seco a Horacio hasta dejarlo lesionado. El título se esfumó y la afición que se congregó en el Parque Asturias se mostró inconforme con el resultado, y el inmueble terminó incendiado. Aquél 29 de marzo fue el fin de los estadios de madera.

La lesión apartó a Casarín de la canchas debido a su lesión y fue operado por el doctor Velasco Zimbrón de la rodilla en 1940. Más tarde volvería a las canchas a reinscribir su nombre como uno de los grandes de México.

Sus goles eran descritos como poemas, sus remates de tijera y de cabeza asombraban y deleitaban a la afición y se convertía en el consentido de los seguidores del futbol.

Al regresar al terreno de juego, su rendimiento, dinámica y confianza en sí mismo no estaban al 100 por ciento. Para 1942, fue transferido al Atlante, equipo del General Núñez, este hecho conmocionó a sus seguidores rojiblancos. Rechazó ofertas de América y Asturias, éste no fue elegido por respeto a la afición del Necaxa, pues era el auténtico rival de su ex equipo, por lo que decidió jugar para los azulgrana.

La popularidad y calidad de Horacio no pasó desapercibida y en la prensa apareció en anuncios de hojas de afeitar y de zípers. Para 1944, Joaquín Pardavé lo llamó para que participara en la película Los hijos de don Venancio, el simple hecho de que Casarín apareciera hizo que la cinta rompiera marcas de taquilla, tanto así que al año siguiente se realizó una secuela: Los nietos de don Venancio, éxito que llegó hasta Europa, a España específicamente.

Para 1948 colgó la camiseta del Atlante y se enroló en el balompié ibérico con el Barcelona; sin embargo, los catalanes se negaron a pagarle lo que él esperaba, fue entonces que decidió regresar a México con el España, donde permaneció hasta 1950, año en que desapareció el equipo.

Una vez más, el entrañable goleador que hiciera vibrar los estadios y provocara el estallido de miles de gargantas con la camiseta del Necaxa, regresó con los rojiblancos al enterarse de que el equipo que lo vio nacer retornaba a la Liga Mayor. En la temporada 1950-51 consiguió el título de goleo y la historia se enriquecía con su actuación.

Estaba claro que la vida le volvió a sonreír al ser llamado a la selección para vestir de nuevo la casaca nacional ante la confianza de Rafael Garza ‘Récord’, técnico del cuadro nacional, y formar parte del equipo que participaría en el Mundial de Brasil 1950.

México presentó un desastroso papel en el campeonato mundial, Brasil goleó en el monumental Estadio de Maracaná 4-0, Yugoslavia también apabulló a los mexicanos 4-1 y ante Suiza, partido donde se tuvo que jugar con una camiseta extraña a la de la selección, se volvió a caer 2-1; Horacio anotó su único gol en un Mundial.

Después de su regreso con el Necaxa, el 30 de julio de 1951 debutó ahora con el Zacatepec, recién ascendido a Primera División. Ahí jugó y dirigió al equipo, obtuvo el subcampeonato con un equipo al que nadie le apostaba.

En una de las etapas más satisfactorias que vivió fue la de dirigir al representativo nacional, que se preparaba para asistir al Mundial de Suiza 1954. Irónicamente, el 19 de julio de 1953, en un partido amistoso ante Haití en el que se ganó 8-0, Horacio Casarín fue sustituido del banquillo mexicano, sólo dos puntos y un promedio de efectividad de 100 por ciento aparecen en las estadísticas de la selección mexicana con él como técnico.

Atlante lo contrató nuevamente, pero esa etapa fue una de las más amargas de su carrera futbolística, también fungió como entrenador de los azulgranas.

A la edad de 36 años, se alistó con el América, donde pasó los últimos meses como futbolista con un papel destacado con los azulcrema que le valió regresar a la selección nacional, aunque permaneció ahí sólo como suplente.

Monterrey fue el último equipo en el que militó y se despidió del futbol profesional el 9 de marzo de 1957, su último gol lo registró el 18 de noviembre de 1956. En su paso por Primera División realizó 174 goles.

Su nombre nunca se olvidó y para el Mundial juvenil de 1977 celebrado en Túnez, Casarín tomó las riendas de la escuadra nacional. Ganó ante el anfitrión Túnez con goleada de 6-0, después empató 1-1 con España y ante Francia repitió el marcador. En semifinales dejó una hazaña memorable, derrotó a Brasil en penales (5-4), después del empate a un gol en tiempo reglamentario. En la final se enfrentó con la URSS y volvió a empatar ahora 2-2, pero en la tanda de penales cayó 8-9, adjudicándose el subcampeonato del torneo, por lo que hasta el momento ha sido la mejor actuación de una selección juvenil en un campeonato de la categoría.

El amor por el futbol nunca se extinguió, tomó a los Tecos como director técnico, y para 1980 regresó al Atlante. Con los Potros estuvo cerca de coronarse campeón en la campaña 1981-1982 al perder la final ante Tigres en definición de penales; sin embargo, el cariño de la afición atlantista por Casarín se consolidó una vez más y con este equipo dejó un gran legado al ser el segundo mejor goleador de su historia con 94 goles, sólo detrás de Evanivaldo Castro Cabinho, que realizó 102.

El 7 de octubre de 2002, el equipo de los Tuzos del Pachuca realizó un emotivo homenaje a don Horacio en el Estadio Hidalgo previo a su partido ante el Atlante. Jesús Martínez entregó una charola de reconocimiento al ex futbolista y 100 mil pesos, además de ofrecerle el 20 por ciento de la taquilla recaudada ese día. El 6 de enero de 2003 volvieron a renacer los momentos memorables de este mítico futbolista en la cancha del Estadio Azteca en un homenaje realizado por las directivas de Necaxa y América. Con una enfermedad que impidió que el propio Casarín comentara las anécdotas de su época, el Alzheimer, se hizo presente en el ‘Coloso’ de Santa Ursula para presenciar un partido aguerrido y de roces violentos que terminó empatado a un gol. Ante 35 mil aficionados Horacio Casarín, junto a su esposa María Elena King, volvió a pisar el césped que alberga la pasión de millones de mexicanos; el futbol.

Así, Horacio Casarín selló su nombre en las páginas del futbol mexicano, una leyenda que será recordada y la cual será difícil que el tiempo se olvide de él.


VÍDEOS DE Horacio Casarin:

A continuación podemos ver un vídeo de Horacio Casarin :










FOTOS DE Horacio Casarin:

  

PALMARES DE Horacio Casarin:

  • Como Jugador:

    • Campeón de la Liga Mayor en 1936-37 y 1937-38 con Necaxa
    • Campeón de Liga en 1946-47 con Atlante
    • Campeón de goleo individual en 1950-51 con Necaxa anotando 17 goles

  • Como D.T.

    • Sub-campeón de liga con Zacatepec en 1952-53 y con Atlante en 1981-82.

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