Howard Carter

howard_carterHoward Carter nació el 9 de mayo de 1873 en Swaffham, un pueblo de Norfolk (Inglaterra). Fue el último de los 11 hijos del matrimonio formado por Samuel John Carter, pintor y dibujante del Illustrated London News, y de Martha Joyce Sand. Desde los primeros meses de vida tuvo una salud precaria y sufrió numerosas enfermedades, que le dejaron tan debilitado que su madre le impidió el contacto con los otros niños. Eso le ocasionó problemas de tipo relacional que le llevaron a ser una persona de carácter solitario y reservado.

Para que se educara, sus padres contrataron a un profesor particular que le daba clases. Howard demostró ser un niño inteligente y con una innata habilidad para el dibujo. Era tan bueno con los lápices y pinceles que el egiptólogo Percy Newberry, que trabajaba en el British Museum de Londres, lo contrató para que le acompañara a Egipto y dibujara sus hallazgos arqueológicos.

El joven Carter pasó seis años copiando inscripciones y dibujos egipcios en Deir-el-Bahari. Durante este tiempo conoció al prestigioso arqueólogo Flinders Petrie y empezó a ir a las excavaciones en las que se intentaba encontrar la tumba del faraón Akenatón, "el hereje". Carter observaba, tomaba nota y aprendía. Con el curso del tiempo, el joven inglés acabó trabajando con Petrie y juntos descubrieron muchos de los secretos del reinado de Akenatón y su esposa, Nefertiti. Algunos de sus hallazgos resolvieron una de las grandes incógnitas de la egiptología: ¿Quién había sucedido a Akenatón? La respuesta era: Tutankhamón.

Petrie volvió a Inglaterra, pero Carter se quedó en Egipto. Instalado en Luxor, trabajaba para Edouard Naville, pero un tiempo después Gastón Maspero, jefe del Servicio de Antigüedades egipcias y encargado de supervisar las excavaciones para evitar la rapiña de los saqueadores de tumbas, nombró a Carter Inspector General de Monumentos del Alto Egipto. Carter tenía 25años, pero era suficientemente honrado, experto y serio para el puesto. Trabajó también para el norteamericano Theodore Davis, un magnate del cobre apasionado por el antiguo Egipto.

Sus enérgicas intervenciones como Inspector le granjearon muchas simpatías entre los trabajadores de las excavaciones, pero también muchas enemistades con los funcionarios menos honestos. Carter odiaba profundamente a los turistas, a los que consideraba una plaga. En una ocasión ordenó a la Policía que redujera a golpes aun grupo de franceses borrachos que intentaban colarse en una excavación. El incidente tuvo sus repercusiones. Las autoridades exigieron que Carter se disculpase. Como se negó, fue destituido.

Obligado a sobrevivir, Carter se fue a El Cairo donde vendía cuadros. Su miserable existencia cambió cuando en su vida se cruzó lord Carnavon. George Edward Molyneux Herbert, quinto conde de Carnavon ,había heredado una inmensa fortuna a la muerte de su padre. Viajero, hedonista y aficionado a la velocidad (tuvo el tercer coche de Gran Bretaña), estuvo a punto de perder la vida en un accidente. Los médicos le recomendaron que hiciera la convalecencia en un país de clima cálido. Eligió Egipto. Se aficionó a la egiptología y, por recomendación de Maspero, contrató a Carter.

Con una relación que nunca fue de amistad pero sí de respeto, Carnavon y Carter empezaron a explorar en Gurneh, donde hallaron la tumba de Tetiky, un alcalde tebano de la XVIII dinastía, y otra serie de tumbas. Cinco años después se trasladaron al Delta del Nilo, pero una invasión de culebras y la escasez de hallazgos les obligaron a abandonar el lugar.

Sus conexiones con los museos de Gran Bretaña y EEUU les permitieron hacer buenos negocios con la venta de piezas arqueológicas que compensaron las inversiones de lord Carnavon. El noble, por su parte, reunió una valiosa colección de más de1.200 piezas. En 1915, Carter y Carnavon consiguieron una concesión para excavaren el Valle de los Reyes, zona que muchos arqueólogos consideraban agotada. Sin embargo, sería allí donde se haría el más fabuloso descubrimiento de la egiptología.

Soltero empedernido y adicto al trabajo, Carter seguía de cerca el curso de los trabajos mientras que lord Carnavon iba y venía. Pasaban los años y el desánimo empezaba a cundir. Entonces, Carter decidió cambiar el área de sus excavaciones en Luxor. Siempre habían buscado en el ángulo noreste de la tumba de Ramsés VI, pero mandó excavar en dirección sur. Aquella intuición tuvo su recompensa cuando el 5 de noviembre de1922 los trabajadores descubrieron una escalera que era la entrada a una tumba, cuya puerta estaba "cerrada, enyesada y sellada". Aunque le costó refrenar su impulso de seguir adelante, Carter paró los trabajos. Era un hombre fiel por encima de todo y puso un telegrama a Carnavon, que estaba en Inglaterra; "Por fin hemos hecho maravilloso descubrimiento en el Valle; tumba espléndida con sellos intactos. Hemos vuelto a cubrir la excavación hasta su regreso. Felicidades". Al poco, el conde estaba en Egipto con su hija, Evelyn, su compañera en estas aventuras. Reemprendidos los trabajos, encontraron una segunda puerta, también sellada, en la que Carter distinguió el sello de Tutankhamón. Supo, entonces, que estaban al borde de un gran descubrimiento. Entraron en una sala llena de tesoros y con una nueva puerta sellada. Antes de traspasarla, Carter numeró, catalogó y fotografió las 700 piezas halladas. Finalmente, llegaron hasta la capilla mortuoria cuyas paredes, recubiertas de láminas de oro y pinturas, albergaban uno de los mayores tesoros de la Historia. "He llegado a Tutankhamón, eso es seguro, y creo que.. . intacto", escribiría Carter en su libro "La tumba de Tutankhamón >, donde narró con detalle el descubrimiento.

Efectivamente, la tumba de Tutankhamón permanecía casi exactamente igual que hacía 3.000 años, cuando fue enterrado. Algunos profanadores de tumbas habían saqueado parte de su interior, pero se habían llevado sólo las piezas pequeñas. Al abrir el último sello de la tumba ¡apareció un enorme sarcófago monolítico, intacto, de cuarzo amarillo". Dentro había dos sarcófagos más y en el interior del último –de oro macizo- estaba la momia del Rey con una máscara que era el retrato exacto del Faraón en vida. "Faz pacífica, suave, de adolescente. Ere noble, de bellos rasgos y los labios dibujados en líneas muy negras", escribió el arqueólogo en su informe. La autopsia determinó que había muerto entre los 16 y 18 años, pero no precisó la causa. Las especulaciones posteriores fueron muchas: asesinato por intrigas políticas, accidente, un tumor cerebral...

El 5 de abril de 1923, unos meses después de la apertura de la tumba, lord Carnavon moría tras sufrir la picadura de un mosquito. Aquella defunción y las otras 26 de personas relacionadas, directa o indirectamente, con el descubrimiento de Tutankhamón, dieron lugar a una leyenda: el alma del Faraón -niño se vengaba de los que habían profanado su descanso-. Pese a haber estado muy en contacto con la tumba, Carter sobrevivió 17 años al hallazgo. Murió en Londres el 2 de marzo de 1939, a los 65 años, de muerte natural.

VÍDEOS DE Howard Carter
A continuación podemos ver un vídeo de Howard Carter :





Fotos de Howard Carter:



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