María Isabel Pantoja Martín nació el 2 de agosto de 1956 en el barrio sevillano del Tardón. Fue la primera de los cuatro hijos (Bernardo, Juan y Agustín) del cantaor Juan Pantoja, “Chiquetete”, de la familia de los Pipoños de Jerez, y de Ana Martín, una excelente bailaora que dejó su trabajo al casarse.
Maribel, que estudió primaria en el Colegio Nacional Mixto Inspectora Elena Canel, se subió por primera vez a un escenario con tan sólo 7 años. Era un homenaje a Juanito Valderrama y Dolores Abril que se celebró en el teatro San Fernando, de Sevilla. “Miré a mi madre, asustada. Estaba entre bastidores y me decía qué tenía que hacer. Canté mis dos canciones y se formó una que para qué”, ha explicado la cantante de un debut por el que cobró “dos globos”. Siguió en el colegio hasta los 13 años, pero ya sabiendo que quería ser artista. Su madre la animaba, pero a su padre, miembro del trío Los Gaditanos, no le hacía ninguna gracia.
Pero estaba en su destino porque, en 1969, entró en el cuadro de baile de un tablao flamenco en Palma de Mallorca, junto a su primo Antonio Cortés, “Chiquetete”. Cobraba 500 pesetas y estuvo allí dos años. Esbelta, con una larga melena y muchas ganas de aprender y triunfar, Isabel se fue a Madrid acompañada por su madre. Allí, por mediación de Baldomero Negrón, propietario del tablao “El Embrujo” y que afirma haber sido su primer novio, la tonadillera conoció a los maestros Juan Solano y Rafael de León que, tras oírla cantar, no dudaron en calificarla como “un diamante en bruto” y se ofrecieron a cincelarla. En 1972, la joven tonadillera se presentó por primera vez en “El Corral de la Morería”, de Madrid, donde actuaban artistas de renombre como La Chunga o Antonio Gades ante un público que llegó a incluir a la mismísima Ava Gardner. Un año después, con 17 años, grabó su primer disco.
Poco a poco se iba haciendo un lugar entre las tonadilleras de la nueva generación, aunque no había llegado todavía al auténtico estrellato. Sería, trabajadora y disciplinada, Pantoja estudiaba a sus ilustres antecesoras como Juanita Reina o Marifé de Triana, pero introduciendo cadencias melódicas y temas no siempre estrictamente folclóricos, al estilo de su admirada Rocío Jurado. En 1973, su nombre empezó a emerger del anonimato y consiguió un contrato en el programa de Televisión Española “Cantares”, que presentaba Lauren Postigo.
En 1974, editó su segundo disco, “Fue por tu voz”, pero al poco tuvo que volver a Sevilla porque a su padre le habían diagnosticado un tumor cerebral, que le provocaría la muerte poco después. Isabel tenía entonces 19 años y se convirtió en “cabeza de familia”. De vuelta a Madrid con su madre, doña Ana se convirtió en su más firme apoyo profesional. Isabel volvió a trabajar en “El Corral de la Morería” y al poco tuvo su primer espectáculo, “Ahora me ha tocado a mi”, que cosechó un gran éxito tanto de público como de crítica. En esa época conoció a Máximo Valverde y entre ellos surgió un auténtico flechazo, pero, tal y como declararía tiempo después el actor, “lo nuestro fue imposible desde el principio debido a su edad y al fuerte control que su madre y el resto de su familia ejercían sobre ella”. Después se la relacionó con Gregorio Cornejo, relaciones públicas del Betis; con el periodista radiofónico Pedro Sáez; con el empresario taurino Mariano Orta Toscano, o con el jugador del Sevilla Pablo Blanco. Ninguno de estos romances cuajó.
Muy diferente fue cuando el 26 de mayo de 1979, ya convertida en figura en alza de la música popular española, se topó en un hotel de Jerez de la Frontera con el torero Francisco Rivera, “Paquirri”. El matador, de 30 años, era también famoso tanto por su oficio como por su reciente separación de Carmina Ordóñez, con la que había tenido dos hijos. Paquirri, que salía con Lolita Flores, se enamoró de la tonadillera. Y ella de él, pero impuso un noviazgo a la vieja usanza hasta que el torero regularizase su estado civil.
Mientras, la cantante seguía trabajando sin descanso. En su cabeza resonaban las palabras que le había dicho Concha Piquer: “Tienes mucho poderío, hija. ¡Adelante!”. Después de grabar varios discos, el éxito le llegó en 1982 con el elepé “Amante, amante”. Un año después, el 30 de abril de 1983, Isabel y Paquirri se casaron en la basílica del Gran Poder de Sevilla en una boda multitudinaria con un sinfín de rostros conocidos como Rocío Jurado, Paquita Rico, Massiel, Marina Danko, Palomo Linares, El Cordobés y Pedro Carrasco, entre otros. Nueve meses después, el 9 de febrero de 1984, Isabel dio a luz a un niño, Francisco José.
La familia se trasladó a un piso en una de las mejores zonas de Sevilla, aunque pasaban largas temporadas en la finca dcl torero, “Cantora”. La tragedia llegó el 26 dc septiembre de l984, en la plaza de toros de Pozoblanco, cuando el toro “Avispado” acabó con la vida de Paquirri e Isabel Pantoja, muy a su pesar, se convirtió en “La viuda dc España”. Deprimida y refugiada en su casa y en su familia, la cantante vivió aislada durante todo un año, pero en octubre de 1985 regresó a la canción con un disco con canciones de José Luis Perales, titulado “Marinero de luces”, del que vendió más de un millón de ejemplares. Dos meses después, el 4 de diciembre, la Pantoja volvió a subirse a un escenario en un concierto en el madrileño teatro Lope de Vega a beneficio de la Fundación Reina Sofía, actuación a la que asistió la Reina. Aquel concierto fue muy criticado ya que el pequeño Paquirrín salió a escena al final del espectáculo. Mujer combativa y de fuerte temperamento, en 1987 Isabel Pantoja interpuso una demanda contra el Instituto Nacional de la Seguridad Social por haberle denegado el pago de una pensión de viudedad para ella y otra de orfandad para su hijo. Los tribunales le dieron la razón. A principios de 1988 salió al mercado su disco “Desde Andalucía” y, un año después, “Se me enamora el alma”, de José Luis Perales. Paralelamente a su actividad como cantante, en mayo de 1990 debutó como actriz de cine en la película “Yo soy ésa”, dirigida por José Luis García Sánchez y con música de Luis Cobos, en la que hizo el papel estelar junto a José Coronado, con el que se rumoreó que tuvo un romance. Antes se la había relacionado con el médico Antonio Muñoz Cariñanos -asesinado por ETA en 2000-, con Francisco Chacón y con el puertorriqueño Oswaldo Ríos. En 1991, hizo su segunda película: “El día que nací yo”, de Pedro Olea, con Arturo Fernández y Joaquim de Almeida. Los dos filmes, producidos por Víctor Manuel, fueron éxitos.
Coincidiendo con el rodaje, en la primavera de 1991, la tonadillera trasladó su residencia de Sevilla a la urbanización madrileña de La Moraleja. Su relación con la locutora Encarna Sánchez, de la que se hizo eco la prensa a lo largo de todo ese año, llegó a ser parodiada en el programa de Fin de Año por el dúo “Martes y Trece”. De la misma manera, en el verano de 1995,la prensa del corazón comentó con toda suerte de detalles su estrecha amistad con la cantante de sevillanas María del Monte. Meses después, se supo que la Pantoja había iniciado los tramites de adopción en Perú y, en mayo del siguiente año, aprovechó una gira por el país andino para recoger a una niña de pocos meses, a la que cambió el nombre de Andrea Celeste por el de María Isabel.
Ese mismo año presento su disco “Amor eterno”, del que vendió más de 300.000 copias. Para entonces, la artista tenía un caché de tres millones de pesetas por actuación y sus abogados luchaban denodadamente contra los de Carmina Ordóñez por la herencia de Paquirri. En septiembre de 1987 tuvo que suspender los conciertos que tenía previstos en varias ciudades españolas a causa de un proceso infeccioso causado por un virus herpes-zóster y, en los dos siguientes años, presentó dos nuevos discos. En agosto de 2000 comenzó la construcción, en Fuengirola (Málaga) del restaurante “La Cantora”, en unos terrenos de propiedad municipal, cuya explotación le fue adjudicada por concurso público. Un año después, la cantante tuvo que ser hospitalizada durante veinte días en una clínica de Madrid por una grave crisis de agotamiento. Objetivo de numerosos comentaristas de la prensa rosa, Pantoja consiguió que en diciembre de 2001 la Audiencia de Sevilla condenará a Karmele Marchante a pagarle 60.000 euros por intromisión ilegitima en su intimidad. La periodista dijo en un programa de televisión que la cantante “mantenía relaciones amorosas con una mujer, en el pasado las había mantenido con otras dos y que su acompañante masculino (el empresario Diego Gómez) no era sino una tapadera”. Pero lo que de verdad le dolió fue el escándalo montado, un año después, con la adopción de su hija. Finalmente, los tribunales determinaron que no había habido irregularidades. “Esto es lo que más me importa en la vida, de mi niña han hecho sangre en los últimos años, y no pararé hasta que vea a toda esa gente sentada en el banquillo”, ha asegurado.
Orgullosa y enérgica, en mayo de 2003 se habló de su relación sentimental con Julián Muñoz, entonces alcalde de Marbella, relación que se confirmó en el Rocío de ese mismo año. Desde entonces, la pareja ha estado en el ojo del huracán, sobre todo cuando el ex político ingresó hace unos días en prisión como uno de los inculpados en la trama de corrupción del Ayuntamiento de Marbella. Los últimos discos de la cantante, que el 2 de agosto cumple 50 años, han sido “Buena suerte”, “By Pumpin’ Dolls” o “Sinfonía de la copla”.
VÍDEOS DE Isabel Pantoja
A continuación podemos ver un vídeo de Isabel Pantoja :
