Joseph Roland Barbera

Joseph Roland BarberaJoseph Roland Barbera nació el 24 de marzo de 1911 en Nueva York, en el seno de una familia de inmigrantes italianos. Desde su más tierna infancia, Joe fue un niño despierto e imaginativo que disfrutaba inventando juegos e historias. En la escuela primaria no despuntó por ser buen estudiante, pero se granjeó las felicitaciones de sus profesores por sus dibujos. En el instituto, el Brooklyn’s Erasmus High School, sus dibujos eran obras de arte, pero la realidad social de su país, sumida en la Depresión del 29, hizo que continuara estudiando. Su madre, Frances, le aconsejo que fuera a la universidad y, para pagar sus estudios, empezó a trabajar como repartidor de una sastrería. Se matriculó en Económicas en la New York University, trabajó como contable en la Irving Trust Company y, posteriormente, obtuvo otro título en el American Institute of Banking.

Pero aquella vida monótona de oficinista no le satisfacía y, en sus ratos libres, continuó dibujando. Su vena artística encontró salida en las revistas “Colliers” y “The NY Hits Magazine”, que le publicaron sus primeras historias. Se matriculó en escuelas de dibujo v pintura como la Arts Student League y el Pratt Institute, donde aprendió a manejar el lápiz como nadie. Era tan bueno en la materia que Max Fleisher le fichó en su estudio para que realizara dibujos animados, una oportunidad de oro por la que dejó para siempre el mundo financiero. En 1932, fichó por los estudios Van Beuren, donde creó las aventuras de “Cubby Bear” y “Rainbow Parades”, pero, tras las disputas entre Van Beuren y su socio, Paul Terry, este último acabó creando sus propios estudios, “Terrytowns”, creadores de “Superratón” o “Las urracas parlanchinas”.

En 1936, viendo que tenía pocas oportunidades para prosperar en Nueva York, Joe buscó otras opciones. Se presentó a unas pruebas de selección en Walt Disney, pero fue rechazado. Fiel al refrán de que “Dios cierra una puerta pero abre una ventana”, a mediados de 1937, tuvo una tentadora oferta de los estudios Metro Goldwyn Mayer, que estaba creando su propio departamento de animación para competir con Disney.

Se trasladó a la soleada California y, pocos meses después, conoció a William Hanna, que se convertiría en su amigo y socio. Mientras Hanna se dedicaba a la coordinación, Barbera dibujaba y escribía las historias. Su primer producto en común fue “Puss Gets the Boot”, basada en la historia del gato Jasper y un ratón muy juguetón, que aún no tenía nombre. Por este trabajo fueron nominados al Oscar al Mejor Corto de Animación en 1940. Tuvieron tanto éxito que sus jefes, Rudolf Ising y Hugh Harman, les dieron vía libre para crear más historias con estos dos personajes, a los que pusieron finalmente los nombres de “Tom y Jerry”. Esta pareja alcanzó tanta popularidad como Popeye (estudios Paramount); Bugs Bunny (Warner) o Mickey Mouse y el pato Donald (Disney) y, en el intervalo entre 1943 y 1952, Barbera y Hanna se llevaron siete Oscar -además de otras 14 nominaciones-, algo inaudito en aquellos momentos, a excepción de los conseguidos por las “Silly Symphonies”, de Disney. Durante 15 años consecutivos, Barbera y Hanna crearon un centenar de aventuras del ratón y el gato.

Joe disfrutaba, pero quienes mejor se lo pasaban eran sus tres hijos -Jayne, Neal y Lynn-, que fueron su principal referente y fuente de inspiración. La estabilidad familiar y laboral convirtieron a Joe en un hombre feliz, que vivía en una zona residencial de Hollywood junto a las estrellas de la gran pantalla. En 1945, el gato Tom debutó en el cine bailando junto a Gene Kelly en “Levando anclas”,luego actuó con la nadadora y actriz Esther Williams en “Dangerous when wet” (1953) y, de nuevo, con Kelly en “Invitación a la danza”(1956). Pese a los premios, la Metro se veía cada vez más acorralada por los elevados costes de sus producciones (un corto suponía unos 50.000 euros) y, en 1955, se deshizo de Fred Quimby, responsable del departamento de animación, y puso de jefes a Bill y a Joe. Pero, el declive era imparable y, un año más tarde, la Metro canceló la serie, cerrando definitivamente en 1957.

Fue entonces, cuando los dos dibujantes empezaron a producir en solitario un corto, primero como H-B Enterprises y, después, como Hanna- Barbera Productions desde un modesto estudio en Hollywood Boulevard. Un corto, titulado “Ruff y Ready”, sobre un perro y un gato, demostró que podían hacer un buen trabajo por poco dinero. Algo que interesó mucho a la televisión. Así fue como, a finales de los 50, empezaron a colocar en las grandes cadenas y, a horas de máxima audiencia, series que enseguida se hicieron famosas; “The Huckleberry Hound Show”, “El oso Yogui” (sobre las andanzas de un plantígrado y su fiel amigo Boo-Boo en el parque de Yellowstone), o “Jinks y Dixie y Pixie”, por el que ganaron un premio Emmy en 1960.

Hanna y Barbera era una fuente inagotable de recursos y, ese mismo año, crearon “Los Picapiedra”. Según explicó en sus memorias Barbera, “Pedro Picapiedra y Pablo Mármol nacieron de la idea más básica que existe en toda comedia: la del gordo y el flaco. El problema fue vestirles, así que fueron indios, vaqueros, peregrinos, incluso romanos, hasta que se nos ocurrió dibujarlos con pieles”. Exportados a todos los países del mundo, los gritos de “Yabba dabba doo” o “Wilma, ábreme 1a puerta” quedaron inscritos en la memoria de todos los niños de los años 60. En 1962, idearon el contrapunto de aquellos trogloditas con “Los supersónicos”, una historia basada en el espacio y, en 1969, llegó otro nuevo éxito con “Scooby-Doo”, un perro asustadizo que se convirtió en una fuente inagotable de dinero gracias al “merchandising” de su imagen. Con el éxito profesional asegurado y multimillonario, Joe, que siempre mantuvo una gran discreción sobre su vida privada, se divorció de su primera mujer para contraer segundas nupcias con Sheila, con la que vivió el resto de su vida.

Hanna-Barbera se convirtieron, durante décadas, en los mayores creadores de dibujos animados: recibieron ocho premios Emmy, numerosas condecoraciones y las célebres estrellas en el Paseo de la Fama de Hollywood. Tanto Joe como Bill siguieron trabajando codo con codo. La química entre ellos era tan buena como el primer día, pero, en 1991, vendieron su productora a la Turner Entertaintment, propiedad de Ted Turner, ex marido de Jane Fonda, y su empresa cambio el nombre por el de Cartoon Network Studios, y ambos siguieron como asesores de los nuevos programas. En 1994, Joseph debutó como actor en la película “Los Picapiedra” y, ese año, publicó su biografía,

My life in the toons: From Flatbush to Bedrock in Under a Century”, un gran éxito de ventas en EEUU. En el 2000, intervino en la secuela “Los Picapiedra en Viva Rock Las Vegas”. Al año siguiente, la muerte de William Hanna, le deprimió. Años antes, su amigo había confesado que él no era “buen dibujante, pero Barbera es capaz de captar un estado de ánimo y una expresión en un simple dibujo mejor que cualquier otra persona que yo haya conocido”. Joe superó la depresión escribiendo, dibujando y produciendo series para la Warner Bros hasta poco antes de morir. Su mujer, hijos y nietos estaban a su lado cuando falleció, de causas naturales, el 18 de diciembre en su casa de Los Ángeles.

VÍDEOS DE Joseph Roland Barbera
A continuación podemos ver un vídeo sobre Joseph Roland Barbera:





Fotos de Joseph Roland Barbera:




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