Juan
Navarro Rubinos nació el 8 de julio de 1924 en Madrid.
Hijo de un inspector de tranvías y de una ama de casa,
Juanito resultó ser un niño vivaracho y divertido.
Entonces no pensaba en dedicarse al espectáculo. Lo suyo
eran los libros y decidió dar gusto a su progenitor cursando
la carrera universitaria de ingeniería aeronáutica.
Pero no llegó a licenciarse porque, con 21 años,
debutó en los escenarios con la zarzuela cómica
“La blanca doble”, de Jacinto Guerrero. “Mi
padre se sacrificó para que tuviera una buena educación
y cuando le dije que quería dedicarme al teatro le di
un gran disgusto, pero con el tiempo se convirtió en
mi primer fan”, confesó años después.
En la España gris y sombría de la posguerra, Juanito
sólo tenía en mente una cosa: hacer reír
a la gente. Ser positivo ante la adversidad fue su lema de vida
y lo que más le importaba era que en su entorno hubiera
buen ambiente.
Sus deseos de hacerse un nombre en el mundo del espectáculo
no le impidieron enamorarse y, en 1948, se casó con
Enriqueta Matrán, con la que tuvo a sus dos hijas,
Concha y Teresa. Pero la unión sólo duró
tres años y, tras la separación, en 1951, el
actor blindó su entorno privado y poco se supo de su
azarosa vida sentimental.
A principios de los 50, le contrataron en la compañía
de revistas del teatro La Latina para intervenir en la obra
“El trus, tris, tras”, a la que siguieron musicales
cómicos como “Pan, amor y postre” (1956)
o “Lo tomas o lo dejas”(1957), con la “vedette”
Amparo de Lerma. En 1958, formó su propia compañía
-a la que llamó Compañía de Comedias-,
con la que batió récords de taquilla en el Teatro
Alcázar durante cuatro temporadas. En 1960, representó
“Un matraco en Nueva York”, en la que coincidió
por primera vez con la entonces poco conocida Lina Morgan,
con la que, entre 1965 y 1972, formó una de las parejas
artísticas más exitosas y mejor pagadas: ganaban
2.000 pesetas diarias frente a las 500 pesetas de sus colegas.
Durante aquellos años, el mítico empresario
Matías Colsada les contrataba para actuar seis meses
en La Latina y el resto del año se iban por provincias
para representar obras como “La rompeplatos”,
“La chica del barrio” o “Qué vista
tiene Calixta”. Con Lina debutó también
en televisión en 1965 en el programa “Noche del
sábado”, grabaron un par de discos y participaron
en programas de radio, pero nunca coincidieron en el cine.
“El éxito con Lina se debió a que éramos
grandes amigos. En todo el tiempo que actuamos juntos marcamos
una etapa en la que conseguimos que las señoras accedieran
a la revista”, solía afirmar el actor. Pero esa
amistad se deterioró y dejaron de hablarse durante
varios años debido a la decisión de Colsada
de despedir a la cómica y seguir con Juanito.
Otras de sus compañeras a lo largo de sus más
de 60 años de carrera fueron las “vedettes”
Addy Ventura, Josette o Carmen de Lirio. En lo personal, el
actor era un gran bromista, le encantaba contar chistes y
detestaba hablar de cosas tristes, de ahí que siempre
le diera la vuelta a los acontecimientos para ver el lado
bonito de la vida. Sus amigos decían que se reía
de todo, su ironía inundaba cualquier conversación
y, por encima de todo, era famoso por sus conquistas. A pesar
de no ser un hombre apuesto, en la cúspide de su carrera
era muy normal verle acompañado de hermosas mujeres
y sus conquistas, dentro y fuera de la profesión, eran
más que legendarias. “He sido muy ligón
y he estado con más mujeres que Julio Iglesias. No
he nacido para estar sin compañía sentimental,
además, necesito a una mujer que me administre la vida
porque soy una calamidad y no sé ni dónde guardo
las camisas”, aseguraba este hombre que se definía
como “machista por convicción” y no se
cortaba un pelo (de esos tenía bien pocos) en asegurar
públicamente que las mujeres tenían que estar
en casa, al servicio de sus maridos. Una filosofía
vital tan chapada a la antigua que debía espantar a
sus conquistas pero que, sin embargo, no logró ahuyentar
a Begoña, una bailarina 17 años menor que él
que ha sido su pareja estable desde 1975 hasta el momento
de su muerte. “La conocí cuando trabajaba como
chica de revista en uno de mis espectáculos. Me pareció
preciosa, los dos estábamos libres y empezamos a salir.
Hasta que la conocí fui muy mujeriego y ella me hizo
sentar la cabeza”, explicaba sobre ella. Hace varios
años afirmó públicamente que se habían
casado en secreto en Barcelona, pero tiempo después
confesó que había sido una de sus bromas.
En los años 70, Juanito siguió cosechando
grandes éxitos profesionales. Fue el descubridor, como
“vedette”, de Bibiana Fernández e inició
su popular y exitoso dúo con Simón Cabido para
interpretar a Doña Croqueta y don Cirilo en los programas
de TVE “300 millones” y “625 líneas”.
En Telecinco, intervino en “Entre platos anda el juego”,
con Rafaela Aparicio, y en “Humor cinco Estrellas”,
que presentaba junto a Quique Camoiras, su amigo del alma
desde que se conocieron haciendo la mili. Empezó en
el cine a finales de los años 60 con “Las leandras”
(1969) para convertirse, en las dos décadas siguientes,
en uno de los secundarios habituales de las películas
de “destape” en las que compartió pantalla
con Andrés Pajares, Fernando Esteso o Antonio Ozores,
uno de sus mejores amigos, en filmes como “Me has hecho
perder el juicio” (1970), “La coquito” (1977),
“El erótico enmascarado” (1980), “El
hijo del cura” (1982), “Cuando Almanzor perdió
el tambor” (1982) o “Agítese antes de usarla”
(1983), entre otras muchas. Una de sus últimas apariciones
fue en “Torrente II: Misión en Marbella), de
Santiago Segura, con el que volvió a trabajar en la
cuarta entrega, todavía no estrenada.
Además de las mujeres, sus hijas, sus nietos Gonzalo
y Elena y sus dos biznietos, la otra gran pasión de
Juanito Navarro fue el fútbol y, especialmente, el
Real Madrid. Socio del club merengue desde enero de 1939 por
lo que tenía el carnet número 36, el actor fue
candidato a la presidencia de la “Casa Blanca”
en 1991 y 1995. El domingo 9 de enero, Navarro acudió
a su localidad en el palco del Santiago Bernabéu para
ver el partido del Madrid con el Villarreal, y, pocas horas
después, de madrugada, un paro cardiaco acababa con
la vida del popular cómico mientras dormía.
Su pasión por el equipo blanco ha hecho que Jaime Lissavetzky
secretario de Estado para el Deporte, solicite al Ministerio
de Trabajo que se reconozca la larga trayectoria del artista
con la entrega, a título póstumo, de la Medalla
al Mérito en el Trabajo.
VÍDEOS DE Juanito Navarro
A continuación podemos ver un vídeo de Juanito Navarro :