Lord Voldemort



BIOGRAFÍA DE Lord Voldemort :

Tom Marvolo Riddle (En las ediciones hispanohablantes de los libros aparece como Tom Sorvolo Ryddle , para que sus letras den "Soy Lord Voldemort" durante los sucesos de la Cámara Secreta), más conocido como Lord Voldemort, fue el más poderoso mago oscuro en la historia del mundo mágico. Hijo de Tom Ryddle, un rico muggle que abandonó su esposa cuando descubrió que era una bruja, y Mérope Gaunt, un sangre pura descendiente de Salazar Slytherin, que murió poco después del parto. Nacido y criado en un triste orfanato de Londres, y educado en la Escuela Hogwarts de Magia y Hechicería, Tom era un alumno excepcional, siendo tanto prefecto como delegado. Después de dejar la escuela, Tom trabajó brevemente en Borgin y Burkes antes de desaparecer por un largo tiempo. Fue completamente absorbido y corrompido por las artes oscuras, y sufrió extremas transformaciones mágicas. Asumió el nombre de Lord Voldemort y reunió un ejercito para apoderarse del mundo mágico y alcanzar la inmortalidad.Tras dos grandes guerras mágicas y numerosas muertes, Voldemort fue finalmente derrotado por Harry Potter durante la Batalla de Hogwarts.

Tom Marvolo Ryddle nació el Año Nuevo de 1926 en un orfanato de Londres. Su madre, Mérope Gaunt, murió poco después de su nacimiento. Antes de morir, nombró al niño como su padre Tom Ryddle, y como su abuelo, Sorvolo Gaunt. Tom Ryddle era un rico muggle que vivía en Little Hangleton, que fue engañado por Mérope mediante un filtro de amor. Después de un tiempo Mérope dejó el engaño con la esperanza de que Tom estuviera realmente enamorado de ella. Sin embargo, el hombre abandonó a ella y a su hijo aún no nacido.

A diferencia de casi todos los magos jóvenes, que no saben utilizar su magia a voluntad, Tom ya tenía un cierto control sobre sus poderes, con los que castigaba a los otros niños cuando se metían con él, o los asustaba por pura diversión.

«Puedo hacer que las cosas se muevan sin tocarlas. Puedo hacer que sucedan cosas malas a la gente que me hace cosas malas. Puedo hablar con las serpientes también. Ellas me encuentran, me susurran cosas...»

—Con once años de edad, a Albus Dumbledore

Tom recibió la visita de Albus Dumbledore. Cuando éste le reveló que era un mago, Tom se quedó impresionado y commocionado. Le contó todo acerca de lo que podía hacer, y a Dumbledore no le llamó tanto la atención el desarrollo de sus poderes como sus tendencias sádicas y de dominio sobre los demás. Se dio cuenta de que tendría que vigilarle tanto por su propio bien como por el de los demás.

Al llegar a Hogwarts, Tom fue seleccionado al instante para ir a Slytherin. Enseguida destacó por ser un estudiante brillante, educado y ansioso de conocimiento, lo que enseguida le ganó la simpatía del profesorado, exceptuando al profesor Dumbledore. Tom sabía que, en su encuentro en el orfanato, la emoción del primer momento le hizo revelar más de la cuenta, de modo que desde ese momento era muy cauteloso con él.

Desde siempre, Tom se preguntaba acerca de sus orígenes. Supuso que, al haber muerto, su madre no podía ser bruja, ya que de lo contrario habría podido evitarlo. Así que buscó a Tom Ryddle sénior en las placas de los trofeos, en los registros de los Premios Anuales, y en los libros de historia de la comunidad mágica, hasta que tuvo que aceptar que su padre nunca había estado en Hogwarts. Entonces, se dedicó a buscar a sus parientes maternos; sabendo que su abuelo se llamaba Sorvolo, llegó hasta los Gaunt, y al mismo Salazar Slytherin. Con dieciséis años, dejó el orfanato y fue a la casa de los Gaunt a las afueras de Little Hangleton, pero sólo encontró a su tío Morfin. Le contó que su padre era un muggle que vivía en una mansión a las afueras del pueblo, del que su madre se había enamorado y con el que había huido, no sin antes llevarse el guardapelo de Slytherin, y que poco después la abandonó y volvió al pueblo. Tom se dirigió a la mansión y, en venganza, mató a su padre así como a sus abuelos muggles, eliminando por completo el linaje de los Ryddle.

Desde siempre, Voldemort consideró la muerte una debilidad humana que la magia podía evitar. Durante mucho tiempo, buscó un modo de conseguirlo, hasta que encontró un libro titulado Los secretos de las artes más oscuras, en el que se hablaba del Horrocrux, un objeto capaz de contener una parte del alma de tal forma que el mago no pueda morir aunque su cuerpo sea atacado o destruido.

Voldemort, dispuesto a todo para lograr su meta, creó no sólo un Horrocrux, sino seis, pues quería dividir su alma en siete partes (el siete es el número mágico más poderoso).

Voldemort no elegía un objeto cualquiera para convertirlo en un Horrocrux; tenía que ser único y especial, tal y como se veía a sí mismo. Debido a esto, eligió dichos objetos con sumo cuidado: el anillo de Sorvolo Gaunt, su diario escolar, la copa de Hufflepuff, el guardapelo de Slytherin, la diadema de Ravenclaw y su serpiente Nagini.

Tom era reservado y solitario; ni quería, ni necesitaba tener amigos. Sin embargo, durante su estancia en Hogwarts, tuvo un grupo de fieles seguidores y aliados, muchos de los cuales terminaron siendo los primeros mortífagos. Los años que pasaron en el colegio estuvieron plagados de desagradables incidentes a los que nunca se les pudo vincular, siendo el peor de todos la apertura de la Cámara de los Secretos. Al terminar sus estudios, el grupo de los mortífagos se consolidó definitivamente; como sello de su compromiso, Voldemort les marcó a fuego la Marca Tenebrosa, distinguiéndolos como sus acólitos.

Tom conocía la leyenda de la Cámara de los Secretos construida por Slytherin, y pensó que tal vez él fuera el heredero de Slytherin, no sólo por pertenecer a su casa, sino por ser capaz de hablar pársel (la lengua de las serpientes), una característica tan rara que no se sabía de ningún hablante de pársel que no descendiera del mismo Salazar Slytherin. Después de cinco años, halló la entrada a la Cámara, bajo los lavabos del segundo piso. La abrió y soltó al basilisco, que atacó a varios alumnos y mató a uno de ellos, una chica llamada Myrtle.

Ante esta situación, el director, el profesor Dippet, se planteó cerrar Hogwarts, pero Tom no podía permitirlo: el castillo era su primer hogar verdadero, el primer sitio en el que había sido feliz. Cerró la Cámara, pero no bastaba con eso: si alguien investigaba, acabaría llegando hasta él, así que necesitaba un chivo expiatorio. Y lo encontró en Hagrid, que por aquel entonces estudiaba en su tercer año. Hagrid ya era conocido por su afición a las criaturas mágicas, en especial las peligrosas, y tenía como mascota a una cría de acromántula llamada Aragog. Cuando Tom acusó a Hagrid de abrir la Cámara y a Aragog de ser el monstruo que había atacado a los alumnos, pocos pusieron en duda su palabra. Hagrid fue expulsado del colegio y Ryddle recibió el Premio por Servicios Especiales al Colegio.

Cuando Tom Ryddle terminó sus estudios en Hogwarts, tenía las más altas calificaciones, además de ser prefecto, delegado, y Premio Anual, por lo que se esperaban grandes cosas de él. Por aquel entonces, había quedado vacante el puesto de profesor de Defensa contra las Artes Oscuras, y Tom acudió al profesor Dippet para solicitar el empleo, pero el director rechazó su petición por considerarlo demasiado joven (tenía sólo dieciocho años). Dippet le comentó esto al profesor Dumbledore, quien le aconsejó que no le diera el trabajo, aunque no le explicó por qué. Por una parte, Dumbledore sabía lo que Hogwarts significaba para Ryddle, que para él era como su hogar; por otra, aunque había descifrado muchos de los secretos del castillo, Ryddle estaba convencido de que aún quedaban cosas por descubrir; por último, como profesor habría tenido una gran influencia sobre los alumnos, como había aprendido del profesor Slughorn.

Poco después, empezó a trabajar en Borgin y Burke's, una tienda especializada en la compraventa de objetos valiosos, y especialmente, los relacionados con la magia oscura. Quienes le conocían estaban muy sorprendidos y decepcionados de que un joven tan brillante como él estuviera trabajando como dependiente en una tienda. Sin embargo, Tom no era un simple dependiente: tenía un especial carisma y un gran talento para la persuasión.

Había una anciana llamada Hepzibah Smith, con una codiciada colección de tesoros; el señor Burke envió a Tom para ver si podía conseguirlos. Con el tiempo, Ryddle consiguió ganarse la confianza de la señora Smith, que le mostró las joyas de su colección: la copa de Hufflepuff y el guardapelo de Slytherin. Dos días después, Hepzibah Smith fue encontrada muerta en su casa, y se acusó del crimen a su elfina doméstica Hokey, quien recordaba haber envenenado por error el chocolate de su ama, confundiendo el veneno con azúcar. Lo que realmente sucedió fue que Voldemort mató a la señora Smith y modificó la memoria de Hokey para que creyera haberla matado ella, y se llevó tanto la copa como el guardapelo. Tras ese episodio, Ryddle desapareció sin dejar ni rastro, durante más de diez años.

Voldemort sentía un intenso desprecio hacia los muggles, a los que consideraba seres débiles, vulgares e inferiores. Ya cuando era un niño creía que sus poderes le hacían superior y especial. Cuando descubrió que, su padre, Tom Ryddle sénior, era un muggle que les había abandonado a él y a su madre, la vergüenza y humillación de tener a alguien tan miserable y mediocre como padre se unieron al odio por su abandono, y no sólo lo mató a él, sino también a sus abuelos, eliminando por completo a todos sus parientes muggles.

Poco después de su regreso, Voldemort empezó a reunir seguidores: muchos otros defensores de la pureza de sangre que, como él, buscaban el sometimiento de los muggles a los magos y que los magos de orígenes muggles supieran que no tenían cabida en la "verdadera" comunidad mágica. Entre ellos se encontraban miembros de familias de sangre limpia, como la familia Black, y magos de sangre mestiza que renegaban de sus orígenes muggles. Varios de ellos formaron la segunda generación de mortífagos, entre los que se cuentan los Lestrange, Lucius Malfoy, Severus Snape y Barty Crouch Jr. entre otros.

Además de los mortífagos, las filas de Voldemort se componían de criaturas como gigantes, hombres lobo, dementores e inferi. Durante once años, tuvo lugar su primer ascenso al poder. Se creó un clima de pánico en el que la gente no sabía en quién confiar; los mortífagos estaban en todas partes, y no se podía estar seguro de que lo que se decía no llegara a sus oídos; nadie se atrevía a decir lo que pensaba por miedo a ser el siguiente que desapareciera, o por lo que pudiera pasarle a sus allegados. Muchos fueron víctimas de la maldición imperius, siendo obligados a hacer todo tipo de cosas para los mortífagos. Lo peor era encontrar la Marca Tenebrosa encima de sus hogares, pues estaba claro qué iban a encontrarse dentro.El miedo a Voldemort creció hasta tal punto que nadie se atrevía siquiera a pronunciar su nombre, refiriéndose a él como El-que-no-debe-ser-nombrado, o Quien-tú-sabes.

Ante el avance de Voldemort, Albus Dumbledore reunió a un grupo de magos dispuestos a luchar por detener al Señor Tenebroso, y fundó la Orden del Fénix, surgida como el eje de la resistencia contra los mortífagos.

Decidido a detener a Dumbledore y a su Orden del Fénix, Voldemort envió a Severus Snape como espía a Hogwarts, para saber lo que tramaba. Snape se dirigió a Cabeza de Puerco, en Hogsmeade, donde Dumbledore estaba entrevistando a Sybill Trelawney para el puesto de Adivinación. Subió a la habitación y esperó ante la puerta, escuchando por casualidad a Trelawney hacer una profecía, según la cual, a finales de julio nacería un niño cuyos padres habían desafiado tres veces a Voldemort, y que tendría el poder para derrotarle. Pero antes de que pudiera oír el resto de la profecía, el camarero sorprendió a Snape escuchando tras la puerta y le sacó de la taberna. Snape se marchó enseguida a contarle lo que había oído a Voldemort.

Voldemort sólo sabía de dos niños nacidos el mes de julio cuyos padres le hubieran desafiado tres veces: Neville Longbottom y Harry Potter. Pero como no podía permitirse esperar a ver cuál de los dos era el que podría vencerle, se vio obligado a decidir por uno de ellos. Y lo más curioso es que no eligió a Neville, que era un sangre limpia, y según su credo, un verdadero mago, sino a Harry, un sangre mestiza (James era un sangre limpia, y Lily hija de muggles), igual que él.

Cuando Snape, que siempre amó a Lily, supo que Voldemort iría a por los Potter, le pidió que le perdonara la vida, pero, temiendo que la matara igualmente, al final acudió a Dumbledore para suplicarle que la protegiera; a cambio, él haría cualquier cosa que le pidiera: desde entonces, Snape se pasó al bando de Dumbledore como uno de sus más fieles aliados. Dumbledore avisó a la Orden del Fénix de que Voldemort atentaría contra los Potter, y su casa fue protegida con el encantamiento Fidelio, de tal forma que no pudiera encontrarlos. En un principio, iban a nombrar Guardián de los Secretos a Sirius Black, uno de los mejores amigos de James y padrino de Harry, pero el propio Sirius les aconsejó que eligieran en su lugar a Peter Pettigrew, principalmente porque no creía que Voldemort pudiera sospechar de alguien como Peter. Lo que nadie sabía es que Peter se había unido a los mortífagos, y desde hacía un año, estaba pasando información de la Orden del Fénix, Así que, en cuanto se le nombró Guardián de los Secretos, fue a revelarle a Voldemort el paradero de los Potter.

La noche de Halloween de 1981, Voldemort se dirigió a la casa. Se encontró con James, que estaba desarmado, y sin más dilación acabó con su vida. Luego, subió al piso de arriba, donde Lily había llevado a Harry. Ella tampoco tenía su varita, pero se interpuso entre él y Harry, en un desesperado intento de proteger a su hijo. Sorprendentemente, Voldemort accedió a cumplir con lo que Snape le había pedido, y varias veces ordenó a Lily que se quitara de en medio, hasta que vio que estaba dispuesta a morir por Harry, y entonces la mató también a ella. Por último, se dispuso a matar a Harry, pero el sacrificio de su madre había dejado en él una protección mágica que hizo rebotar la maldición, destruyéndolo casi por completo. Reducido a un espectro incorpóreo, sin ningún tipo de poder, se vio obligado a huir por miedo a ser encontrado por los aurores del Ministerio de Magia, refugiándose en un bosque de Albania.

Voldemort pasó su peor época, temiendo no recuperar nunca su cuerpo ni sus poderes, obligado a pasar el resto de la eternidad siendo algo apenas vivo, más sutil que un fantasma, sin posibilidad de hacer nada por sí mismo. Tan sólo conservaba la capacidad de ocupar los cuerpos de otros: sin embargo, no se atrevía a ir a lugares con abundancia de personas, pues los aurores aún le buscaban. En ocasiones habitaba cuerpos de animales, preferentemente serpientes, pero eran poco útiles para practicar magia con ellos, además de que al poseerlos les acortaba la vida; ninguno duraba mucho.

Un día, diez años más tarde, un joven mago llamado Quirinus Quirrell, el nuevo profesor de Defensa contra las Artes Oscuras en Hogwarts, apareció en el mismo bosque donde se ocultaba Voldemort. Cuando consiguió entrar en él, le doblegó a su voluntad, haciendo de Quirrell su sirviente, y volvió a Inglaterra, mientras planeaba conseguir la Piedra Filosofal, cuyo Elixir de la Vida le devolvería su cuerpo. Nicolas Flamel, creador de la Piedra, la tenía en una cámara de Gringotts, pero cuando Quirrell fue a robarla, se encontró con que la cámara estaba vacía. Flamel, viejo amigo de Albus Dumbledore, le había pedido que guardara la Piedra en Hogwarts, el único sitio donde estaría aún más segura que en Gringotts. Dumbledore envió a Hagrid a recoger la Piedra, apenas unas horas antes del intento de robo.

El curso dio comienzo poco después, y Harry Potter empezó su primer año. En especial después de lo sucedido en Halloween, cuando Harry y Ron Weasley dejaron inconsciente al troll gigante que se había escapado de las mazmorras, y que Quirrell había soltado para distraer a todo el mundo mientras entraba en el pasillo del tercer piso para robar la Piedra, éste se dio cuenta de que tenía que quitar a Harry de en medio. En el partido de quidditch contra Slytherin, Quirrell cazó la escoba de Harry, quitándole el control de la misma y agitándola violentamente para que se cayera.Y lo habría conseguido si Hermione Granger no hubiera hecho arder la capa de Snape, quien al levantarse a apagarla hizo tropezar a Quirrell y perder el contacto visual con Harry, rompiendo la maldición y liberando la escoba. Los chicos creían que era Snape y no Quirrell quien intentaba hacerse con la Piedra, y cuando vieron a Snape mirando fijamente a Harry y murmurando lo que parecía un hechizo, pensaron que estaba intentando tirar a Harry de la escoba, cuando en realidad trataba de contrarrestar la maldición de Quirrell.

La noche de su primera incursión en el Bosque Prohibido, Harry se encontró con un unicornio muerto, mientras un encapuchado bebía su sangre. La sangre de unicornio puede mantener con vida a quien la beba aun si está a punto de morir, pero a cambio de tener media vida maldita. El encapuchado era Quirrell, a quien Voldemort hacía beber la sangre de unicornio para poder vivir dentro su cuerpo sin matarlo, restituyendo incluso parte de su forma física, como un rostro detrás de su cabeza. Sin embargo, el efecto de la sangre de unicornio sólo era temporal, y no era suficiente para darle a Voldemort un cuerpo propio; sólo el Elixir de la Vida podía hacerlo.

Después de atravesar el pasillo, con la ayuda de Ron y Hermione, Harry llegó a la habitación donde estaba el espejo de Oesed. Allí se encontró con Quirrell, quien estaba ante el espejo intentando en vano hacer aparecer la Piedra Filosofal, porque quien quiera encontrar la Piedra para utilizarla nunca se verá con ella, sino conviertiendo los metales en oro o bebiendo el Elixir de la Vida. Voldemort le dijo que utilizara a Harry; cuando éste se miró en el espejo, su reflejo se estaba sacando la Piedra del bolsillo, y justo entonces se dio cuenta de que la tenía dentro de ese mismo bolsillo. Quirrell le preguntó lo que había visto, y Harry mintió para que no supiera que tenía la Piedra, pero Voldemort ya lo había descubierto. Se mostró ante Harry e intentó engañarlo para que le diera la Piedra con la promesa de utilizarla para devolver a sus padres a la vida. Harry se negó a dársela, y Voldemort ordenó a Quirrell que lo matara, pero cuando Harry le tocó la mano, ésta comenzó a arder y se convirtió en cenizas. Quirrell volvió a arremeter contra Harry, que le puso las manos en la cara, y también ardió, extendiendo la maldición por todo el cuerpo e incinerándolo. Quirrell quedó reducido a polvo, y nuevamente, Voldemort se vio obligado a huir.

Voldemort se escondió en Albania, prácticamente resignado a no recuperar nunca el poder perdido, hasta que, casi dos años después, al fin uno de sus mortífagos, Colagusano, le encontró. Siguió la pista de su amo hasta que llegó al bosque donde se refugiaba. Pero cuando paró en una posada cercana, se encontró con Bertha Jorkins, una bruja del Ministerio de Magia, lo que ponía a Colagusano en un apuro, ya que no podía dejar que el Ministerio descubriera que estaba vivo. Demostrando una habilidad impropia en él, consiguió convencerla de que lo acompañara afuera, donde nadie pudiera verlos, y le echó la maldición imperius, tras lo cual se la llevó con él al bosque, donde se encontraba Voldemort. Éste ocupó temporalmente el cuerpo de Colagusano y le dio instrucciones con las que fabricar una poción que le pudiera devolver a su cuerpo, aunque fuera una versión más débil, mientras lo disponían todo para su verdadero renacimiento; una poción elaborada con sangre de unicornio, el veneno de Nagini y un par de encantamientos de su invención. Funcionó, y Voldemort recuperó una forma rudimentaria de su propio cuerpo, pero con el que podía hacer magia y hasta cierto punto valerse por sí mismo.

En cuanto a Bertha Jorkins, les fue de gran ayuda, ya que, bajo los efectos de la maldición imperius, y mediante sus dotes de Legeremancia (habilidad mágica de penetrar en las mentes), Voldemort supo todo acerca del Torneo de los Tres Magos. Luego, ahondando más, rompió un encantamiento desmemorizante que le habían echado, y Bertha le habló de uno de sus mortífagos, Barty Crouch Jr., a quien él creía muerto, pero que aún vivía, encerrado en la casa de su padre. Los métodos a los que Voldemort recurrió para romper el encantamiento fueron demasiado fuertes, y quedó en tan mal estado que tuvo que matarla.

Voldemort y Colagusano se presentaron en la casa de Bartemius Crouch, le echaron la maldición imperius, y liberaron a su hijo, a quien controlaba con la misma maldición. El plan de Voldemort consistía en fabricar una poción con un hueso de su padre, para lo que tenía que ir hasta su tumba en el cementerio de Little Hangleton, la carne de un vasallo, para lo que tenía a Colagusano, y la sangre de un enemigo, para lo que Voldemort quería a Harry Potter, de forma que la protección mágica de éste no pudiera afectarle, ya que ambos la tendrían, y así poder matarle de una vez por todas. Pero para capturar a Harry necesitaba a un espía en Hogwarts, que le introdujera en el Torneo y le hiciera ganar, para que al tocar la Copa, previamente convertida en traslador, le llevase hasta el cementerio, lejos de Dumbledore. Colagusano y Crouch fueron a la casa del ex-auror Alastor Moody, que iba a dar clase en Hogwarts aquel año, lo asaltaron y redujeron, tras lo cual Crouch utilizó la poción multijugos para convertirse en una réplica de Moody, encerrando a éste último en su propio baúl. Haciéndose pasar por él, Crouch amañó el Torneo para que Harry entrara como campeón de un cuarto colegio, pasara todas las pruebas y tocara la Copa, la cual lo llevaría al cementerio. El único fallo del plan fue que Harry no había llegado sólo, sino con Cedric Diggory, ya que ambos habían querido ganar a la vez como campeones de Hogwarts. Allí se encontraron con Colagusano, que mató a Cedric con la varita de Voldemort y ató a Harry a la lápida de Tom Ryddle sénior. Introdujo a Voldemort dentro del caldero, en el que echó un hueso de la tumba de Tom Ryddle, su propia mano izquierda, que se cortó con una daga, y un poco de la sangre de Harry. El caldero se fundió entre llamas, y apareció Voldemort, con su cuerpo completamente restituido.

Voldemort llamó al resto de sus mortífagos. Castigó a varios de ellos, los que huyeron de su lado, pero a otros los indultó, y a Colagusano lo recompensó dándole una mano nueva, de plata, por haberle ayudado a recuperar su cuerpo. Con sus sirvientes de vuelta, ya sólo le quedaba acabar con Harry, a quien ahora podía tocar sin peligro. Después de humillarlo y torturarlo, se dispuso a darle el golpe de gracia. Harry se defendió con un encantamiento de desarme, mientras Voldemort le lanzó una maldición asesina. Pero los hechizos chocaron el uno contra el otro: sus varitas tenían el mismo núcleo (una pluma de la cola de Fawkes, el fénix de Dumbledore), y por eso no funcionaban bien al ser enfrentadas la una a la otra. Los dos hechizos se unieron en un rayo dorado que conectó las dos varitas, y la varita de Harry hizo que de la de Voldemort surgieran espectros de sus últimos hechizos: apareció la mano de Colagusano, y después Cedric, Frank Bryce, Bertha Jorkins y los padres de Harry (las últimas víctimas de Voldemort), quienes ayudaron a Harry a escapar una vez más.

Tras su regreso, el principal objetivo de Voldemort fue el de escuchar por completo la profecía sobre él y Harry, en busca del secreto para acabar definitivamente con éste. Había un registro de la profecía en una sala del Departamento de Misterios del Ministerio de Magia, pero puesto que sólo aquellos a los que se refiere una profecía pueden cogerla sin enloquecer, Voldemort sólo tenía dos opciones: o iba él mismo a por ella arriesgándose a que el Ministerio descubriera su regreso antes de tiempo, o hacer que Harry fuera en su lugar. Cuando Voldemort se dio cuenta de que Harry podía entrar en su mente, el día que éste vio cómo, dentro del cuerpo de Nagini, atacó a Arthur Weasley, pensó que podía utilizar esa conexión a la inversa, y para hacer que Harry fuera al Departamento de Misterios a buscar la profecía, introdujo en la mente de Harry una visión en la que torturaba a Sirius Black, a quien sabía, por medio de Kreacher, el elfo doméstico de Sirius, que Harry quería como a un padre y hermano, y que sería capaz de dar la vida por él. La estratagema funcionó, y Harry acudió al Ministerio, donde los mortífagos le estaban esperando. Lo que no sabían es que Harry venía acompañado del Ejército de Dumbledore, al que se unió más tarde la Orden del Fénix, incluido Sirius, quien al final murió alcanzado por la maldición de Bellatrix Lestrange. Harry persiguió a Bellatrix, pero acabó encontrándose con Voldemort, quien le hubiera matado de no ser por la aparición de Dumbledore. Ambos magos se batieron en duelo, y como treta final, Voldemort poseyó el cuerpo de Harry para obligar a Dumbledore a matarlo, pero cuando Harry quiso morir para volver con Sirius, la emoción que sintió fue tan dolorosa para Voldemort que se vio obligado a salir de él, lo que hizo que por fin se diera cuenta del verdadero poder de Harry.

Tras lo sucedido en el Ministerio, Voldemort tenía aún más razones para averiguar por qué su varita no había funcionado contra la de Harry aquella noche en el cementerio. Capturó y secuestró a Ollivander, el fabricante de varitas que había hecho tanto la suya como la de Harry, y tras torturarlo, éste le explicó lo de los núcleos centrales gemelos, por lo que pensó que utilizando una varita prestada se solucionaría el problema.

Cuando Harry fue trasladado desde Little Whinging en su decimoséptimo cumpleaños, fue sorprendido por los mortífagos y por el propio Voldemort, quien le atacó con la varita que le había cogido a Lucius Malfoy. Sin embargo, la maldición de Voldemort chocó con la varita de Harry, que la absorbió y lanzó un chorro de llamas doradas contra Voldemort, destruyendo la varita de Malfoy. Furioso, creyó que Ollivander le había mentido, pero realmente ninguno de los dos sabía lo que habia ocurrido: cuando se enfrentaron en el cementerio y se conectaron, la varita de Harry absorbió las cualidades de la de Voldemort; tomando, en cierto sentido, una parte de él. Y aunque utilizó la varita de Malfoy, la varita de Harry reconoció a Voldemort y lanzó su propia magia contra él.

Después de aquello, Voldemort sólo veía una solución: hacerse con la Varita de Saúco, la varita invencible, la única que al fin podría darle la victoria. Tras meses de búsqueda, supo que había sido la varita de Dumbledore, después de que venciera a Grindelwald en 1945, y se dirigió a Hogwarts para robarla de la tumba de Dumbledore.

Pero descubrió que Harry, junto con Ron y Hermione, había entrado en Gringotts y se había llevado la copa de Hufflepuff, lo que sólo podía significar que estaban buscando sus Horrocruxes.

Voldemort fue a buscar los demás Horrocruxes, y tras comprobar que el anillo y el guardapelo también habían desaparecido, ordenó a sus mortífagos que vigilaran Hogwarts, y especialmente la torre de Ravenclaw, por si Harry iba a buscar la diadema. En cuanto a Nagini, la mantuvo a su lado bajo protección mágica, de manera que Harry no tuviera más opción que ir a su encuentro si quería acabar con ella.

Otro problema que tenía Voldemort era que la Varita de Saúco no le otorgaba ningún poder especial. Concluyó que, al no haber matado personalmente a Dumbledore, no le pertenecía a él sino a Snape, así que le mató, suponiendo que era el dueño de la varita.

Harry fue al Bosque Prohibido, donde Voldemort y su ejército le esperaban, pero esta vez no opuso resistencia a la maldición de Voldemort, quien nuevamente, no pudo matarlo. La primera vez, cuando perdió su cuerpo, su alma era ya tan inestable y estaba tan dañada tras crear tantos Horrocruxes que una parte se separó del resto y se adhirió a Harry convirtiéndolo en un Horrocrux accidental, lo que explicaba la conexión entre sus mentes; cuando utilizó la sangre de Harry para renacer, Voldemort no sólo introdujo en él la protección mágica de Lily, sino que aseguró que Harry también la tuviera, de tal forma que mientras Voldemort viviera, Harry nunca podría morir. En esta ocasión, la maldición destruyó la parte su alma que estaba dentro de Harry, pero aunque creyó que éste estaba muerto, no era así.Trasladó a Harry a la entrada de Hogwarts. Los demás también lo creyeron muerto, pero aun así se negaban a rendirse a los mortífagos. Y al final Neville Longbottom consiguió decapitar a Nagini con la espada de Gryffindor.

En la última parte de la Batalla de Hogwarts, en el Gran Comedor, cayeron la mayor parte de los mortífagos, incluida Bellatrix, a manos de Molly Weasley. Cuando Voldemort se dispuso a matarla, Harry se interpuso entre ambos, revelando que aún estaba vivo. Con la Varita de Saúco, Voldemort le lanzó una vez más la maldición asesina a Harry, pero cometió su último gran error. Para ganar la Varita de Saúco hay que vencer a su último dueño, no matarlo. La noche de su muerte, Dumbledore fue desarmado por Draco Malfoy, quien ganó la varita; Snape mató a Dumbledore, pero nunca le venció porque su muerte la planearon entre los dos. Luego, en la Mansión Malfoy, Harry desarmó a Draco y ganó tanto su varita de espino como la Varita de Saúco. Y cuando Voldemort lanzó la maldición, la varita se volvió en su contra, matándolo a él en lugar de a Harry.

El cadáver de Voldemort fue trasladado a una cámara adyacente al Gran Comedor, lejos de quienes habían muerto luchando contra él. Su alma, demasiado corrompida y mutilada para seguir adelante, permaneció atrapada en el limbo entre la vida y la muerte, bajo la forma de un niño pequeño con la piel en carne viva.

VÍDEOS DE Lord Voldemort :
A continuación podemos ver un vídeo de Lord Voldemort :










FOTOS DE Lord Voldemort :