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Manuel José Arce Valladares



BIOGRAFÍA DE Manuel José Arce Valladares:

Nombre real: Manuel José Arce Valladares
Profesion: Poeta, dramaturgo y columnista de prensa.
Nacimiento: 13 de mayo de 1907.
Lugar de Nacimiento: Guatemala


Poeta, dramaturgo y columnista de prensa. Fue reconocida su columna Diario de un Escribiente, que publicó en el matutino El Gráfico entre 1963 y 1979.

Es uno de los grandes exponentes del teatro experimental en Latinoamérica.

Por la violencia imperante en Guatemala se fue al exilio a Francia, donde murió el 22 de septiembre de 1985.

Los años de su vida, muchos de ellos vividos en épocas de pesadumbre y oscuridad política, están deletreados con melancolía en sus páginas del Diario de un Escribiente. En el cual, metafóricamente describe ese país que amó, con toda su violencia dolorosa, con su muerte indiferente, con su hambre perenne, con toda esa pobreza amarga que por ser inmutable y vieja, el decía que parecía ser un incomprensible castigo divino. Sin embargo, Manuel José siempre encontró el momento feliz y el lado hermoso que tenía cada día, con la sensibilidad natural de los niños y el humor chispeante, pícaro y mordaz del universitario.

Ese estudiante que fue inagotable en su espíritu huelguero.En ese sentido son inagotables las anécdotas salpicadas de un humor lleno de genialidad, a veces muy fino a veces terrible, que recuerdan todos sus amigos en las distintas épocas de su vida.Precisamente esto implica otra de sus cualidades inolvidables, tenía una capacidad extraordinaria para hacer amistades, sin importar condiciones sociales y económicas, sin importar el oficio y la edad. Eso en gran parte se debía a que era un platicador incansable, un imaginativo conversador que emprendía diálogo con facilidad sobre cualquier cosa de la vida cotidiana.Eso le hacía perder la noción del tiempo frecuentemente, y de pronto se le había hecho tarde, a veces muy tarde, muchísimas veces demasiado tarde… para seguirle el paso al reloj, a los horarios establecidos o a las agendas rigurosas.Considero que por esas vicisitudes le fascinaba la noche. No sólo porque además poseía una bohemia memorable, sino porque entonces sin distractores, escribía con esa habilidad creativa que es inmensamente valorada hoy. Hasta las palabras más rusticas las transformaba en un deleite para los sentidos. Con regularidad sus siete ensayos periodísticos semanales los escribía el domingo por la noche encerrado en su estudio de la vieja casona del callejón Delfino, escuchando jazz y charlando con los “vecinos” del Guernica de Picasso que colgaba de la pared, mientras bebía café y fumaba interminablemente.

Por esa extraña fusión de cualidades humanas vividas con tanta intensidad, es que su muerte es una tragedia que duele entrañablemente. Murió cuando su talento de escritor era fecundo. En ese momento tenía en proceso de producción literaria una cantidad indescriptible de proyectos que brotaban con hermosa impetuosidad.Y la tragedia se torna más dura cuando recuerdo algunas palabras de sus últimas cartas, en las que se palpa el profundo dolor que le causaba sentir que iba morir lejos de la tierra que le daba sentido total a su vida… Morir en un momento jamás imaginado, lejos de sus amigos, y de su gente íntima que le era indispensable para escribir… Lejos porque el océano en su inmensa extensión lo separaba de todas sus pertenencias sentimentales…La paradoja de su vida es que la muerte presurosa en unos pocos años aniquiló hasta su inmenso espíritu de poeta y escritor. Derrumbado en el olvido más profundo, porque su producción literaria, la esencia vital de su existencia, hoy es imposible de acariciar con el corazón y la razón.Cada día que transcurre, el escribiente fundamental se va transformando en un desconocido bronce de la Villa o en un cenizo poeta de armario que vive en el recuerdo de sus cada vez más viejos amigos.



OBRAS DE Manuel José Arce Valladares:

  Amor, si fueras aire y respirarte
  Décimas
  Epigrama para Antonio
  Epigrama para Casia
  Epigrama para Fedra
  Hola
  Masacre en el dormitorio
  Paisaje
  Quinto
  Retrato de la ciudad
  Retrato del pie
  Séptimo
  Si sólo pudiera verte...
  Tengo ganas de un poco de entusiasmo...
  Toda tú.

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