Mariano José de Larra

Mariano Jose de LarraMariano José de Larra y Sánchez de Castro nació el 24 de marzo de 1809, en plena Guerra de la Independencia, en la Casa de la Moneda de Madrid, donde su abuelo paterno, Antonio Crespín, cumplía funciones de administrador. Su padre, Mariano de Larra y Langelot, casado en segundas nupcias con Maria Dolores Sánchez de Castro, era un conocido médico que simpatizaba con los invasores franceses, por lo que, en 1813, cuando Larra tenía 5 años, toda la familia se exilió a Francia.

Allí, el futuro escritor estudió en colegios de Burdeos y de París hasta que, a los 9 años, volvió a España con sus padres e ingresó como interno en las rigurosas Escuelas Pías de Madrid, aunque completó su educación básica en Corella (Navarra), a donde se trasladó con sus padres. De vuelta a Madrid, asistió a clases de taquigrafía, economía política y matemáticas.

Hacia 1822, con 13 años, traducía obras del francés y escribió una gramática sinóptica de la lengua castellana, al tiempo que se pasaba horas frente al tablero de ajedrez. Siempre siguiendo a su padre, durante 1823 estudió en el colegio Imperial de la Compañía de Jesús y luego en la Universidad de Valladolid, donde hizo el primer curso de filosofía. Según los biógrafos de Larra, al finalizar ese curso sucedió un “acontecimiento misterioso” que cambió su carácter para siempre. Se cree que descubrió que una mujer mayor de la que estaba enamorado era la amante de su padre. Tras dejar Valladolid, volvió a la capital para estudiar Física y Griego y trabajar como escribiente en la Junta Reservada de Estado y, después, en las oficinas de la Inspección de Voluntarios Realistas, aunque las ideas liberales de Larra no estaban para nada en la línea de las creencias absolutista de ese grupo.

Años después le confesó en una carta a su padre que, tras una época de incertidumbre política, comenzaron las dudas existenciales que le acompañaron toda su vida; “Me he acostumbrado a mirar el día de hoy como el último”, aseguraba. A los 17 años, Mariano José comenzó a escribir poesía en forma de odas y sátiras. Su primera publicación fue una Oda a la Exposición de la Industria Española del año 1827, pero Larra encontró en el periodismo un mejor modo para expresar sus ideas. Así, en 1828, con 19 años, empezó a publicar unos artículos en el folleto periódico “El Duende satírico”, donde criticaba la situación política y social del momento. Larra pertenecía a un grupo de jóvenes inconformistas que se juntaban en la tertulia del Café de Venecia, aunque luego pasaron al Café del Príncipe, donde fundaron “El Parnasillo”. Allí había otra tertulia de ideas contrarias -afines al Gobierno-, contra la que “El Duende” dirigió algunas de sus corrosivas sátiras, provocando que Larra y sus compañeros pasaran por el juzgado y la publicación fuera clausurada.

En agosto de 1829 y contra la voluntad de sus padres, Mariano José se casó con Pepita Wetoret, una típica señorita de la sociedad madrileña. Su matrimonio, del que nacieron Luis Mariano, Adela y Baldomera, fue feliz poco tiempo, ya que, conoció y se enamoró de Dolores Armijo de Cambronero, una mujer casada que se convirtió en su amante y a la que dedicó numerosas poesías románticas. Pese a ello, Larra dedicaba mucho tiempo a escribir teatro. Su primera obra, una comedia a la que puso el título de “No más mostrador”, tuvo un éxito arrollador.

En 1832, cuatro años después del cierre de “El Duende”, Larra volvió a la prosa periodística de crítica social con “El Pobrecito Hablador”, pero esta publicación desapareció poco después de que el escritor empezase a trabajar para “La Revista Española”. Allí, al principio, escribía artículos de teatro, sin firmar, hasta que, con el articulo “Mi nombre y mis propósitos”, adoptó el seudónimo de “Fígaro” para sus artículos de sátira costumbrista, entre los que destacaron “Vuelva usted mañana”, “El castellano viejo”, “Entre qué gentes estamos” o “El casarse pronto y mal”. En ellos, se burlaba de los usos de la sociedad española con la ilusión puesta en que se produjera un giro hacia el liberalismo que la transformase mediante una revolución burguesa tras la muerte de Fernando VII. Decía que “un pueblo no es realmente libre mientras la libertad no está arraigada en sus costumbres e identificada con ella”.

Al fallecer el monarca, Mariano José de Larra tuvo mayor libertad para expresar sus ideas liberales y tuvo tanto éxito que la publicación amplió su tirada. En 1834, convertido en un autor reconocido, Larra se centró en el teatro y en la novela publicando el relato histórico “El doncel de don Enrique el doliente” -que doña Letizia le regaló al príncipe Felipe cuando se prometieron-, cuyo protagonista lo es también del drama teatral “Macías”, una exitosa obra que sentó las bases del drama romántico en España.

Sin embargo, los cambios políticos y sociales que él esperaba no fueron tales. El ejército carlista parecía avanzar tímidamente y el gobierno de Madrid detuvo la revolución política apenas iniciada. Larra empezó a desencantarse al tiempo que sus ideas se radicalizaban. También comenzó a recibir críticas de algunos actores y directores teatrales y una serie de escándalos con Dolores hicieron que ésta lo abandonase, yéndose de Madrid, mientras él se separaba de su mujer, embarazada de su tercera hija.

Así las cosas, en otoño de 1834, Larra enfermó. Paso el invierno sin recuperarse y, en primavera, decidió hacer un viaje a Extremadura para poner un poco de distancia. En Badajoz, se encontró con Dolores, pero, al no haber conseguido reconquistarla, se fue a Lisboa para embarcar rumbo a Londres, trasladándose posteriormente a París, tras haber pasado por Bélgica. En la capital francesa trabajó en traducciones y escritos, pero su salud no mejoraba y, animado por ciertos cambios políticos hacia el liberalismo, volvió a España para escribir en la revista “El Español”.

“Fígaro” reapareció anunciando que retomaba su faceta de crítico mordaz, pero, en sus nuevos escritos, comenzó a reflejarse una mezcla de rebeldía y melancolía nacidas de la crítica hacia sus propias ideas revolucionarias sin poder ofrecer una alternativa mejor, además de un lamento por el atraso en que se encontraba España y el miedo por la vorágine que vivían los países más industrializados.

En 1836, tras la caída del gobierno de Mendizábal, el escritor se presentó a las elecciones como candidato ministerial moderado en la provincia de Ávila, donde vivía Dolores. Llegó a ser elegido, pero el Motín de la Granja del 12 de agosto le impidió disfrutar de la victoria y se hundió. Además, Dolores lo había rechazado de nuevo y Larra se sumió en una profunda melancolía que quedó reflejada en sus últimos artículos.

En febrero de 1837, Dolores, que había regresado a Madrid, le anunció que iría a visitarlo a su casa y Larra se ilusionó. El día 13, al anochecer, la mujer se presentó con su cuñada y le dijo que, definitivamente, no quería retomar su historia de amor. Minutos después de que las dos abandonasen la casa, Larra se pegó un tiro en la sien y falleció. Aseguran que fue su hija Adela, que entonces tenía 3 años, la que encontró el cuerpo sin vida del escritor y periodista.

VÍDEOS DE Mariano José de Larra
A continuación podemos ver un vídeo de Mariano José de Larra :





Fotos de Mariano José de Larra:



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