Muammar Al Gaddafi

bud_spencerMuammar Muhammad Abd as-Salam Abu Minyar alGaddafi nació el 7 de junio de 1942 en Sirte, en la región de Tripolitania (Libia). Miembro de la tribu beduina gaddafa -pastores nómadas del desierto-, su familia era bereber y profundamente nacionalista: su abuelo paterno había muerto combatiendo a los italianos que colonizaban el país desde 1911, y su padre había estado encarcelado por defender esa causa. Estudiante en la escuela coránica de Sirte, fue el primer miembro de su familia que estudió secundaria. En 1952, la revolución egipcia liderada por el coronel Abdel Nasser -que había derrocado a la monarquía probritánica del rey Faruk para instaurar la republica nacionalista en Egipto- impresionó vivamente al pequeño Gaddafi. Con sólo 10 años, Muammar quedó impactado por la lectura de “Filosofía de la revolución”, libro que recogía el ideario de Nasser, y empezó a repartir propaganda del nasserismo entre sus compañeros. En 1956, con 14 años, creó junto con otros adolescentes una célula revolucionaria que aspiraba a derrocar al rey Idris as—Sanusi, colocado en el trono de una monarquía “inventada” por los gobiernos occidentales en 1951 para mantener controlada Libia. Abúlico y enfermizo, Idris as-Sanusi no tuvo descendencia, y uno de sus sobrinos, Hassan, fue nombrado heredero de un país que, entonces, era uno de los más pobres y subdesarrollados del planeta.

Extremadamente inteligente, Gaddafi sobresalió en sus estudios hasta que, en 1961, fue expulsado del Liceo de Sebha por sus actividades políticas antimonárquicas. Concluyó su formación secundaria en la escuela de Misurata, cerca de Trípoli, para después matricularse en la Facultad de Derecho de la Universidad de Bengasi. Con sólo 21 años obtuvo la licenciatura, pero no se puso a ejercer como abogado, sino que ingresó en el Colegio Militar de Bengasi, donde, paradójicamente, encontró un perfecto caldo de cultivo para difundir sus ideas republicanas, al tiempo que se zafaba del férreo control de la policía secreta del rey.

A mediados de los años 60, cuando su carrera militar progresaba rápidamente, Gaddafi montó con sus compañeros de armas el clandestino Movimiento Secreto Unionista de Oficiales Libres. Muy poco después, se graduó con honores como teniente y se trasladó unos meses a Gran Bretaña para seguir unos cursos de perfeccionamiento militar. En 1966, se incorporó al ejército libio y, en agosto de 1969, ascendió a capitán del cuerpo de comunicaciones.

Apenas un mes después de su ascenso -el 1 de septiembre de 1969-, aprovechando que Idris se encontraba en Turquía para hacer una cura de reposo, Gaddafi y un grupo de militares dieron un golpe de Estado siguiendo el modelo egipcio. Sin derramamiento de sangre, derrocaron al atrasado y decadente régimen monárquico. Con 27 años, asumió la presidencia del Consejo de Mando de la Revolución y proclamó la República Árabe Libia que, a partir de 1977, llevaría el nombre de Al-Yamahiria Árabe Libia Popular Socialista.

La recién estrenada república libia centró su política en torno a la unidad del mundo árabe con la idea de la construcción de un “imperio” del Islam, que se extendiera por todo el continente africano hasta el sudeste asiático. Paralelamente, Gaddafi prohibió los partidos políticos, decretó la evacuación de las bases militares británicas y estadounidenses, expulsó a los 110.000 colonos italianos que concentraban la escasa riqueza agrícola y ganadera existente y nacionalizó los yacimientos de petróleo que explotaban las compañías extranjeras. Prototipo del dirigente excéntrico e imprevisible y amante de los atuendos extravagantes -desde uniformes militares atestados de condecoraciones a trajes tradicionales bereberes cargados de dorados-, Gaddafi se ha distinguido de otros autócratas de su época por su intento de crear un sistema de gobierno diferente del capitalismo y el comunismo, aderezado con un toque sui generis de Islam. Sin embargo, su famosa “tercera vía” no gustó a los países occidentales ni a los soviéticos ni a los islamistas ortodoxos.

Cuatro años después del golpe, lanzó una revolución cultural que tenía por objeto eliminar cualquier influencia extranjera dentro del país y crear una sociedad nueva. Se prohibió el alcohol y la música occidental, pero, a la vez, se implantó la emancipación de las mujeres, que pudieron acceder a la educación y al trabajo en las mismas condiciones que los hombres. El coronel recogió su visión revolucionaria en el “Libro Verde” (inspirado en el Libro Rojo de Mao Zedong), que se convirtió en la guía de muchos jóvenes adeptos al régimen. Pero Gaddafi sabía que no contaba con el beneplácito de todos e impulsó la creación de una amplia red de policía secreta encargada de investigar a todos los posibles rivales políticos. Las cárceles se llenaron de disidentes, algunos de los cuales acabaron siendo ejecutados. Paralelamente, diseñó un plan de “movilidad” para los cargos del funcionariado y del ejército para evitar que alguien pudiera acumular demasiada influencia. En apenas 10 años y gracias a los miles de millones que el petróleo aportaba a las arcas del Estado, el mandatario dio luz verde a la gran transformación social del país: se construyeron escuelas, hospitales, viviendas públicas, carreteras, elevándose el nivel de vida de una población que siempre había vivido en la miseria.

bud_spencerAlto, de complexión atlética y una belleza andrógina, Gaddafi se casó en 1970 con Fathia, con la que tuvo un hijo llamado Mohamed, pero dos años más tarde se unió a Safia, una bella enfermera que había sido introducida en su entorno para asesinarlo administrándole un veneno. La joven se había enamorado del dignatario y, lejos de cumplir su criminal cometido, le reveló el plan y él le propuso matrimonio. De esa unión nacieron cinco hijos, de los que el primogénito -Saif el Islam, que traducido al español significa Espada del Islam- podría ser el que le sucediera en el poder.

Aunque aparentemente había renunciado a todos sus cargos para ejercer sólo como ideólogo de la revolución, la realidad era que Gaddafi se las había arreglado para concentrar todo el poder en sus manos. A mediados de los años 80, el líder libio se había convertido en uno de los enemigos número uno de Occidente. Se le acusaba de apoyar a grupos terroristas -entre ellos, el IRA o ETA- y de estar detrás de los atentados contra los aeropuertos de Viena (1985) y la discoteca La Belle de Berlín (1986). La administración de Ronald Reagan decidió darle un escarmiento y los aviones estadounidenses bombardearon Trípoli en un ataque que se cobró decenas de muertos, entre los que se encontraba la de Jana, la hija adoptiva de pocos meses del coronel. Esta acción no hizo cambiar a Gaddafi, que estuvo detrás del atentado contra un avión de la PanAm que estalló cuando sobrevolaba la ciudad escocesa de Lockerbie y que dejó 270 muertos.

Este suceso dejó a Gaddafi aislado internacionalmente en lo político y le hizo volver los ojos hacia África. Su sueño de unos Estados Unidos de ese continente no prosperó, pero fue la semilla para la Unión Africana que se fundó en el 2002. Pero, un año después, Gaddafi dio un giro de 180 grados: anunció su renuncia a las armas de destrucción masiva, restableció relaciones diplomáticas con EEUU y otros países occidentales y se empleó a fondo en lavar la imagen de su país como paraíso de terroristas. Oficialmente se dijo que este cambio se debía a una larga labor de la diplomacia británica, mientras que otros analistas aseguraban que Saif al Islam (el hijo que parece destinado a sucederle en el poder) persuadió a su padre sobre la necesidad de romper su aislamiento. Con todo, se cree que la invasión de Irak y la muerte de Sadam Hussein fue lo que de verdad provocó el giro total político del astuto líder libio, que el pasado 1 de septiembre cumplió los 40 años en el poder. Finalmente perdió la guerra y fue asesinado por sus enemigos en octubre de 2011.

VÍDEOS DE Muammar Al Gaddafi
A continuación podemos ver un vídeo de Muammar Al Gaddafi :





Fotos de Muammar Al Gaddafi:



bud_spencerbud_spencerbud_spencer

 

 
 
2011 - sarpanet.info