Paco Marso

Paco MarsoFrancisco Martínez Socias nació en Macael (Almería) el 4 de abril de 1947 como primogénito del matrimonio formado por Juan y Ernestina. La familia se amplió con la llegada de una niña, Carmen, y, 10 años más tarde, con el nacimiento del Benjamin, José Antonio. Francisco cursó estudios primarios en su localidad natal, pero se fue a Madrid para estudiar en la universidad, ya que quería ser aparejador. Ya en la capital, empezó a tener contactos con el TEU (Teatro Español Universitario) y probó suerte como actor. Se subió a un escenario por primera vez en 1964 para interpretar un papel en “Tartufo”, de Molière, y, al poco, decidió abandonar los estudios para dedicarse al teatro.

Francisco, que adoptó el nombre artístico de Paco Marsó, uniendo las dos primeras sílabas de sus apellidos, coincidió con Concha Velasco por primera vez en 1966, en la obra “Don Juan Tenorio”, en la que la actriz interpretaba a Doña Inés y él, hacia un papel secundario. El amor entre ellos no surgió en ese momento, sino algunos años más tarde. En las décadas de los 60 y los 70, Marsó intervino en numerosos montajes teatrales y películas -nunca como protagonista-, como “Capitán Apache” o “Una ciudad llamada bastarda”, “westerns” rodados en España.

Durante una estancia en la Costa del Sol, Paco se enamoró de una joven alemana, Brigitte Römhild, con quien en 1974 tuvo una hija, Diana Patricia. Un año más tarde, volvió a coincidir con Concha Velasco en la película “Mi mujer es muy decente dentro de lo que cabe”. En una de las escenas bailaban un tango que, según dijeron más tarde, marcó el inicio de su enamoramiento. Llevaron su noviazgo con mucha discreción hasta que se casaron el 18 de abril de 1977, aprovechando el descanso semanal de la obra que representaban, “Las arrecogías del beaterio de Santa María Egipcíaca”. Concha Velasco ya tenía un hijo, Manuel, nacido el 4 de septiembre de 1976, al que Paco adoptó, dándole sus apellidos. La familia se amplió el 5 de abril de 1979 con el nacimiento de Paquito.

Aunque apareció en algunos episodios de la serie “Fortunata y Jacinta”, Paco Marsó se dedicó a producir espectáculos teatrales protagonizados por su esposa. “Filomena Marturano” (1979) y “Yo me bajo en la próxima...¿y usted?” (1981) fueron grandes éxitos y les siguieron los musicales “Mamá, quiero ser artista” (1986) y “Carmen, Carmen” (1988), éste basado en una obra de Antonio Gala.

La pareja atravesaba un buen momento profesional. Sin embargo, en 1o sentimental, vivió una seria crisis. En enero de 1990, Concha llegó a presentar una demanda de divorcio, pero se reconciliaron, aunque los rumores de ruptura se repitieron de manera reiterada. Entre las causas que apuntaban los medios, se encontraban las infidelidades de Paco y su afición por el juego, así como las pérdidas económicas de los espectáculos impulsados por ambos. En 1996, Concha fue el pilar en el que se apoyo Paco para superar la muerte, a los 38 años, de su hermano José Antonio, heroinómano.

Un pequeño papel como taxista en “La buena estrel1a” (1977) fue la última aparición de Paco Marsó como actor en la gran pantalla. Volcado totalmente en la producción teatral, se embarcó en un ambicioso proyecto -el musical “Hello Dolly”, que se estrenó en el 2001- para lo que la pareja tuvo que hipotecar la casa familiar de La Moraleja, que acabarían perdiendo. Los problemas económicos no cesaron. En el 2002, Paco y Concha tuvieron que responder ante Hacienda de una deuda de 708.000 euros por el impago sucesivo del IVA de su sociedad. El matrimonio quedo gravemente tocado y la ruptura definitiva llegó en el 2005. Marsó explicó lo duros que fueron esos momentos: “Me sumí en una profunda depresión, que, gracias a Dios y a unos amigos, pude superar”.

Desvinculado también profesionalmente de Concha, intentó seguir con su carrera de productor teatral y puso en marcha dos espectáculos: “El lindo de Don Diego”, con Fernando Conde, y “De Miguel a Miguel”, en el que Micky Molina interpretaba al poeta Miguel Hernández. Como el trabajo escaseaba, Paco se sentó en los platos televisivos para hablar de su matrimonio con Concha Velasco y su mala relación tras la ruptura.

En el 2006, su vida sufrió un duro revés cuando, el 24 de octubre, su hija, Diana Patricia, fue detenida como cómplice de cuatro asaltos a bancos de Andalucía. La joven hacia pocos meses que lo había convertido en abuelo de un niño, Pablo, del que iba a ser madrina Concha Velasco, quien siempre tuvo muy buena relación con la primogénita de su ex. Diana Patricia permaneció un año y medio en prisión, durante el cual no faltaron los intercambios de acusaciones con su entonces pareja y padre de su hijo, Enrique Lorente, considerado autor material de los robos, quien aseguro que la hija de Paco Marsó se había quedado con todo el botín. El productor teatral se volcó en ayudar a la joven, visitándola frecuentemente en la cárcel y pagándole un abogado.

El 12 de noviembre del 2008 vino al mundo Samuel, su segundo nieto, hijo de Paquito y de su novia, Cecilia. “Se me cae la baba con él, porque es muy guapo”, aseguraba Paco a la salida de hospital madrileño de La Paz. En más de una visita coincidió con Concha Velasco, cuya relación con ella fue volviéndose más cordial a medida que pasaba el tiempo. Apenas dos meses después de este nacimiento, el productor hacia público que estaba esperando el que iba a ser su cuarto retoño y presentaba oficialmente a la que, según sus palabras, era su novia desde hacia tres años: Diosi, una cubana 32 años menor que él.

Con la intención de empezar una nueva vida al lado de su pareja, pidió el divorcio de Concha Velasco. “Creo que es el momento oportuno para hacerlo. Quiera fundar una nueva familia con Diosi, vamos a tener una hija y nuestro deseo es casarnos”, contaba en marzo del 2009 al ir a los juzgados para presentar la demanda de divorcio de mutuo acuerdo con su ex.

Paco se convirtió en padre por cuarta vez el 26 de abril del 2009, fecha en que la pequeña Gabriela vino al mundo en La Habana (Cuba). “ Todos dicen que es igual que yo. Es cierto que le veo algunos rasgos de mi familia, como la barbilla o la forma de la boca”, comentaba orgulloso pocos días después del nacimiento. Diosi siguió viviendo en Cuba hasta que la pequeña cumplió 7 meses y entonces ambas se trasladaron a España para vivir con Paco. La estabilidad sentimental duró tan sólo unos meses y, el pasado febrero, la pareja puso fin a su relación. “He perdido 7 kilos y he ganado muchos disgustos”, aseguraba el productor tras la ruptura. “Ya no sirvo para vivir en pareja, ya no tengo años ni costumbre. Hace tiempo que estoy solo y la convivencia me cuesta”, explicaba. Después de ese fracaso amoroso, se instaló en un piso muy cerca sus dos hijos varones, a los que visitaba a menudo. A finales del mes de octubre, Paco Marsó viajó a Málaga para celebrar con su primogénita el cumpleaños de su nieto Pablo. La noche del 29 empezó a sentir malestar, fuertes nauseas y mareos. Alerto a su hija, quien aviso a una ambulancia y Paco fue urgentemente trasladado al Hospital Carlos Haya. Allí le operaron de un derrame cerebral, pero, pocas horas después, sufrió otro que empeoro gravemente su situación. Tras seis días entre la vida y la muerte, Paco Marsó, de 63 años, falleció en la madrugada del 5 de noviembre de 2011.

VÍDEOS DE Paco Marso
A continuación podemos ver un vídeo de Paco Marso :





Fotos de Paco Marso:



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