Francisco Rabaneda Cuervo nació en la localidad guipuzcoana de Pasajes el 18 de febrero de 1934. Su padre fue el general malagueño Francisco Rabaneda Postigo y su madre María Luisa Cuervo, una modista vasca que trabajó a las ordenes de Balenciaga y militaba en el PCE. Al estallar la guerra civil, su progenitor se mantuvo leal a la Segunda Republica y, apresado por las tropas nacionales, fue fusilado en Santoña (Cantabria) el 15 de octubre de 1937.Al quedarse viuda, su madre huyó a Francia con sus cuatro hijos: Dulce, Pacífico, Olga y Francisco, que entonces contaba 3 años. “No me acuerdo de mi padre. Uno de mis primeros recuerdos es el tiempo que estuve refugiado en Barcelona, en febrero del 39. Desde allí emprendimos el camino a pie, bajo la nieve y los bombardeos, hasta la frontera francesa”, ha contado en alguna ocasión el ahora famoso modisto. En el país galo, la familia fue detenida. “Los franceses nos lo robaron todo y nos internaron en un campo de concentración. No nos quedó ni un recuerdo de España, a mi madre le quitaron hasta la última fotografía de mi padre”, ha explicado. Una vez libres, se refugiaron en la localidad bretaña de Morlaix, donde estuvieron hasta que acabó la Segunda Guerra Mundial. A los 7 años, tuvo su primera experiencia extrasensorial: “En aquella época sufría de insomnio e intenté parar el tiempo. De repente, salí de mi cuerpo, pasé por un túnel y me encontré en un cielo fabuloso de luces, donde los maestros me lo enseñaron todo. Cada noche, lo repetía”, ha relatado.
Durante su adolescencia ayudó a su madre a coser ropa pero, a los 17 años decidió formarse como arquitecto y, en 1951, se matriculó en la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de París. “Para costearme los estudios diseñé bolsos para Roger Model y zapatos para Charles Jourdan, además de botones y bordados para trajes de alta costura”, recuerda. Pese a estar tan ocupado, encontró tiempo para desarrollar su faceta como escultor ya en 1963, su obra “Escultura habitable para jardín” fue premiada en la Bienal de París. Terminó la carrera, pero previamente ya había decidido dedicarse al mundo de la moda. “Lo que realmente me impulsó a ello fue el contexto de la época. En los años 60, existía un gran desfase: mientras que el movimiento artístico resultaba fascinante, las siluetas estaban inspiradas en los años 30. Bonitas, pero pasadas de moda”, ha asegurado. En 1964, tras cambiar su nombre por el de Paco Rabanne, sorprendió al mundo presentando vestidos elaborados con materiales como el plástico, el papel o el aluminio, lo que provocó que Coco Chanel se refiriera a él como “el metalúrgico”.
En 1966, abrió su propio local y presentó la colección “l2 vestidos imposibles de llevar fabricados con materiales contemporáneos”, con modelos que incluían objetos innovadores, como discos de Vinilo o plumas de avestruz. El español fue el primer modisto que puso música en los desfiles, así como el primero en contratar a una modelo negra para que luciera sus creaciones en la pasarela. Sus espectaculares diseños atrajeron a algunos directores de cine, que le encargaron el vestuario de sus películas, como “Casino Royale” (1966), “Dos en la carretera” (1967) o “Barbarella” (1968). En esta última dio rienda suelta a su imaginación al crear la indumentaria futurista que lucía Jane Fonda.
También las famosas se rindieron a su talento, eligiendo sus creaciones para asistir a actos sociales. Elizabeth Taylor, Audrey Hepburn, Brigitte Bardot fueron algunas de ellas. La cantante y actriz francesa Françoise Hardy se enfundó, por ejemplo, en un vestido hecho en placas de oro con diamantes engastados.
En 1969, Paco Rabanne lanzó su primer perfume, “Calandre”, en colaboración con el grupo español Puig. “Todos necesitamos el universo de las fragancias. ¿No se dice que un bebé es capaz de identificar a su madre solo por su olor? También es un contrapunto en el universo de la creación”, ha afirmado. Aunque instaló su residencia en Francia, el modisto siempre ha mantenido la nacionalidad española y, en su juventud, era asiduo del Grupo Antonio Machado, que reunía a numerosos exiliados, quienes preparaban fiestas y actividades relacionadas con el país que se habían visto obligados a dejar.
En la década de los 70, siguió innovando e incorporó a sus colecciones tejido desgarrado o con flecos. En 1973, presentó su primer perfume masculino, “Paco Rabanne pour homme”, y tres años más tarde, lanzó una línea de “prèt-à-porter” masculina y elaboró numerosas fragancias que tuvieron muy buena acogida en todo el mundo. Su inquietud por lo artístico lo llevó a convertirse en mecenas de creadores de otras disciplinas y, en 1988, a los 54 años, participó como productor en el film “Salaam Bombay”.
El 1 de enero de 1989, fue distinguido en Francia con el título de Caballero de la Orden Nacional de la Legión de Honor y, por parte del Gobierno español, recibió, en noviembre de ese mismo año,1a insignia de Oficial de la Orden de Isabel la Católica. En 1990, sacó una línea de “prèt-à-porter” femenino y, en lo que respecta a sus colecciones de alta costura, se dedicó a experimentar con los efectos luminosos. Sus propuestas de primavera-verano fueron distinguidas entonces con el premio francés, Dedal de Oro. Un año más tarde, salió al mercado su libro “Trayectoria”, en el que relataba sus reencarnaciones y sus profecías. “En vidas anteriores, fui un tranquilo cura del País Vasco y, hace 3.000 años, un sacerdote egipcio. Bajé porque sabía lo que iba a pasar en 1984”, afirmaba el modisto, quien, en algunas entrevistas, había asegurado que ese año estallaría la Tercera Guerra Mundial, en la que él moriría.
A pesar de que sus predicciones no se cumplieron, no dudó en seguir haciendo públicos sus vaticinios y anunció que, el 11 de agosto de 1999, coincidiendo con un eclipse solar, la estación espacial MIR se estrellaría contra París. Los libros “El tiempo presente” y “El fin de los tiempos” completaron la trilogía que dedicó a su faceta como profeta.
Su marcada sensibilidad le hizo vivir con enorme intensidad un encuentro con Carmen Franco, hija del dictador que había ordenado fusilar a su padre. El modisto ha contado que, a pesar de que temió que el momento fuera muy doloroso para él, finalmente resulto más cordial de lo que esperaba. En 1999, Paco Rabanne decidió retirarse de la alta costura para dedicarse al “prèt-à-porter” y cultivar otra de sus aficiones: la pintura. El 29 de mayo de 2001, recogió la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes de manos del rey Juan Carlos, del que se ha declarado admirador pese a sentirse republicano.
Austero en el vestir, siempre ha dado parte de su fortuna a los más desfavorecidos y, a sus 76 años, sigue trabajando sin parar. “Cada día me levanto a las 5 de la mañana, rezo y medito para dar gracias a Dios por estar en esta vida y pido para que me dé una mente clara y me permita seguir dibujando, darme agilidad con las manos y los pinceles”, ha asegurado. Sus diseños están expuestos en museos de ciudades de todo el mundo, así como en “La Maison Paco Rabanne”, centro fundado por él en 1981. El pasado 11 de noviembre se hizo público que el Ministerio de Cultura le concedía el Premio Nacional de Diseño de Moda, galardón que se le ha otorgado “por su innovación y su aportación a todos los ámbitos de la cultura del siglo XX, creando un nuevo concepto que escapa a cualquier clasificación convencional al convertir la moda en expresión plástica de su tiempo”.
VÍDEOS DE Paco Rabanne
A continuación podemos ver un vídeo de Paco Rabanne :
