Patricia Highsmith

Patricia HighsmithMary Patricia Plangman nació el 19 de enero de 1921 en Fox Worth (Texas, EEUU), nueve días después de que sus padres, los ilustradores Jay Bernard Plangman y Mary Coates, se divorciaran. Hasta los 12 años no conoció a su padre biológico y durante su infancia escuchó muchas veces de boca de su madre que, estando embarazada de ella, intentó abortar ingiriendo un disolvente de pinturas. La pequeña Patsy, como la llamaban en su familia, fue criada en Texas por su abuela materna y se educó en Nueva York, a donde se fue a vivir con su madre y su segundo marido, Stanley Highsmith, que la adoptó, le dio el apellido y al que Patricia siempre odio. Con su madre tuvo una relación difícil y tirante de amor / odio.

Adolescente precoz e impredecible, a los 12 años, estando en un campamento de verano, envió unas cartas a su casa que llamaron la atención de la revista “Woman’s World”, que le pagó 25 dólares (unos 20 euros) por publicarlas. Aquel mismo otoño regresó temporalmente a casa de su abuela porque su madre quería divorciarse de Stanley, lo que le dio la oportunidad de conocer a su padre biológico, al que volvería a ver en 1938, siendo una joven de 17 años. No hubo divorcio y Patsy regresó a Nueva York, donde empezó los estudios secundarios en el instituto Julia Richman, un centro sólo para chicas. En aquella etapa, se enamoró por primera vez y empezó a elaborar listas de manera compulsiva, enumerando, por ejemplo, sus defectos y comparándolos con los de sus conocidos. Esta práctica se repetiría en otros ámbitos de su vida y, a partir de los 24 años, se dedicó a elaborar una meticulosa lista de sus numerosas amantes femeninas, de las que registraba edad, color de pelo (las prefería rubias), constitución, profesión, tipo psicológico, duración de la relación, motivo de la ruptura y puntuación como amante.

Aunque no se le diagnosticó nunca, la joven sufrió un trastorno alimentario parecido a la anorexia. Con 1,69 metros de altura, nunca pesó más de 50 kilos. Para su formación universitaria, Patricia escogió el Barnard College, donde se licenció en Filología Inglesa y conoció a Kate Kingsley, su amiga, amor platónico y confidente hasta el final de sus días. Aunque tenía aptitudes para la pintura y la escultura, su interés acabó decantándose hacia la escritura y, en esos años, escribió varios relatos que publicó en una revista universitaria. Los había ofrecido a otras editoriales, pero no consiguió que le aceptaran ninguno hasta 1945, cuando en el número de agosto de la revista “Harper’s Bazaar”, vio la luz “La heroína”. Con 21 años y recién licenciada, tuvo una relación sentimental con la fotógrafa Ruth Bernard, al mismo tiempo que con el también fotógrafo Rolf Tietgens. En otoño de 1942,la contrataron como redactora adjunta de la editorial FFF Publications, destinada al público judío y Patricia alternó ese empleo con otro que intentó guardar en secreto: durante siete anos fue guionista de cómics para San-gor-Pines, donde urdió historias para personajes como la Antorcha Humana, el Aplasta- espías o Flecha Dorada.

“La vida no tiene sentido si no hay delito en ella”, aseguraba con convicción esta mujer con fama de antipática, descortés y poco generosa que, en 1950, vio publicada su primera novela, “Extraños en un tren”, una historia a caballo entre el género negro y la exploración psicológica del lado más oscuro de los humanos, que, al año siguiente, fue llevada al cine por Alfred Hitchcock. Durante los cinco años previos que necesitó para escribirla, Patricia se enamoró del novelista británico Marc Brandel, con el que estuvo a punto de casarse. Eso no le impidió que siguiera manteniendo aventuras con mujeres, muchas veces varias a la vez. “Donde más cómoda se sentía era en los bares de ambiente de Greenwich Village”, ha escrito Joan Schenkar, autora de la completísima biografía “Patricia Highsmith” (Editorial Circe), que acaba de publicarse en España coincidiendo con el 90° aniversario del nacimiento de una de las más conocidas y admiradas damas de la novela negra.

En 1949, tras haber vuelto de su primer viaje por Europa, Highsmith se volcó en la redacción de su obra más personal, “Carol”, una novela en torno a la historia de amor de dos mujeres que publicó en 1952 con el pseudónimo de Claire Morgan y cuya autoría tardó muchos años en reconocer. Para entonces, Highsmith ya era una gran bebedora, adicción que nunca abandonó. En un viaje a Alemania, conoció a la socióloga Ellen Hill, con la que mantendría una larga e inestable relación sentimental. Al año de estar juntas, Ellen intentó suicidarse al descubrir lo que Patricia había anotado sobre ella en el diario. Este hecho le inspiró la novela “El cuchillo”. A los 33 años, empezó a trabajar en “E1 talento de Mr. Ripley”, cuyo personaje principal era asesino y estafador, sin moral y sexualmente ambiguo. Publicada en 1955, se convirtió en un gran éxito de ventas y de crítica. Cuatro años más tarde, esta obra sería llevada al cine con el título de “A pleno sol” y, posteriormente, el personaje de Ripley inspiraría otras cuatro películas más.

Separada de Ellen Hill, se enamoró de la escritora Marijane Meaker, con la que llegó a convivir seis meses en los que discutieron a diario. Patricia guardaba tan mal recuerdo de ese noviazgo que en el libro “El grito de la lechuza” mató en la ficción a su amante. En 1962, retomó su historia con Ellen Hill y viajó con ella a Europa, donde conoció a una mujer casada, con la que vivió una aventura y que la obsesionó durante años. Highsmith se mudó a Gran Bretaña para estar más cerca de su nuevo amor. Instalada en la campiña inglesa, siguió escribiendo novelas y empezó a trabajar en “La máscara de Ripley”, una nueva aventura de su personaje favorito con el que se identificó en muchos aspectos (vestía, como él, camisas Oxford almidonadas, Levi-Strauss 501, chalecos y mocasines masculinos), aunque en las entrevistas -que Highsmith odiaba tanto como odiaba la mediocridad- declinaba dar explicaciones sobre él. “¿Periodistas? Prefiero las prostitutas, que sólo venden su cuerpo, no su mente”, solía decir.

Instalada en Francia a principios de los años 70, empezó a trabajar en “El amigo americano”, otra novela protagonizada por Ripley que también llegó a la gran pantalla. Un año más tarde, murió su padrastro, pérdida que afectó al equilibrio emocional de su madre. La escritora viajó a EEUU para verla y se hizo cargo de los gastos cuando la ingresaron en una residencia. A los 57 años, se enamoró de una joven francesa, que se convertiría en la última relación sentimental de su vida. En 1980, después de que fuera investigada por presunta evasión fiscal en Francia, decidió trasladarse a Suiza, donde Ellen Hill, con la que seguía manteniendo contacto, la ayudó a buscar casa. En 1986, fue intervenida de un tumor en el pulmón, enfermedad que no le hizo dejar el tabaco, otro de sus grandes vicios. Dos años después, escribió “Ripley en peligro”, la última entrega del mítico personaje. En 1990, con una veintena de novelas a sus espaldas y un año antes de ser candidata al Nobel, fue condecorada por el Gobierno francés con la Orden Oficial de las Artes y las Letras.

En 1993, le diagnosticaron una anemia grave y los médicos le prohibieron el alcohol. Aguantó sólo tres semanas sin beber. Su estado de salud fue empeorando y la aparición de un cáncer precipitó su muerte, a los 74 años, el 4 de febrero de 1995 en Locarno (Suiza). Los encargados de vaciar su casa hallaron en el armario de la ropa blanca 38 cuadernos y 18 diarios en los que la autora había volcado sus sentimientos más íntimos y que permitieron a Joan Schenkar hacer un pormenorizado retrato de esta mujer que, pese a su éxito en todo el mundo, siempre se sintió muy sola. Ella aseguraba que la única gente que le interesaba era “la que esta loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablan loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugar comunes, sino que arde, arde, arde con fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas en las estrellas”.

VÍDEOS DE Patricia Highsmith
A continuación podemos ver un vídeo de Patricia Highsmith :





Fotos de Patricia Highsmith:



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