Paul Cezanne

Paul CezannePaul Cézanne nació en Aix-en-Provence (Francia) el 19 de enero de 1839. Su padre, Louis Auguste Cézanne, era un comerciante de origen italiano que, más tarde, fundaría el primer banco de la localidad, el Banque Cézanne et Cabassol, y que mantenía relaciones con una de sus empleadas, Anne Elisabeth Honorine Aubert. Fruto de este romance secreto nacieron el pequeño Paul y su hermana Marie, dos años menor, que no vieron a sus padres casados hasta 1844.

De niño, Cézanne acudió a la Escuela Primaria de la calle de los Epinaux y, más adelante, a l'Ecole Saint-Joseph, para, a los 13 años, entrar como interno en el prestigioso colegio Bourbon. Allí, además de recibir una sólida educación religiosa y humanista, conoció a uno de sus mejores amigos: Emile Zola. A los dos les apasionaban las artes, tocaban en una orquesta y, curiosamente, contrariamente a lo que les hizo pasar a la historia, Zola centraba sus aficiones en el dibujo y Cézanne, en la poesía, para desesperación de su estricto padre, que no aprobaba sus aspiraciones artístico-intelectuales. Con todo, el joven Paul empezó a volcarse en la pintura ya en 1857, comenzó a tomar clases en l’Ecole Municipal Libre de Dessin. Al año siguiente, tras aprobar el bachillerato, su amigo Zola se marchó a París, dejando a Paul desconsolado. Su padre seguía sin aceptar su inclinación por el arte y, por no disgustarle, comenzó a estudiar Derecho en la Universidad de Aix, aunque sin abandonar sus clases de pintura. El negocio de Louis Auguste era cada vez más próspero y la familia se compró una casa a las afueras de Aix, el las de Bouffan, en la que Paul pudo montarse un taller de pintura y decorar el comedor con composiciones alegóricas. La campiña que rodeaba la casa fue uno de los temas principales de sus cuadros en esa época.

Apoyado por su madre y por su hermana, Cézanne consiguió convencer a su padre de que le dejase ir a estudiar pintura a París, pero con la condición de que perfeccionara su técnica en la Escuela de Bellas Artes. Así, en 1861, el joven Paul se reunió con su amigo Zola en la capital, donde conoció a Armand Guillaumin, Camille Pissarro, Auguste Renoir y Claude Monet, entre otros. Cézanne visitaba con frecuencia el Museo del Louvre, donde admiraba la obra de los maestros clásicos, pero no acababa de habituarse al ambiente artística y bohemio de la capital. Este hecho, sin contar el suspenso en el examen de ingreso de la Escuela de Bellas Artes, supuso un gran golpe para sus aspiraciones. Empezó a pensar que carecía de talento y que no estaba hecho para llevar la vida que se le supone a un artista por lo que, seis meses después de su llegada a Paris, decidió volver a Aix y trabajar en el banco de su padre.

Esta nueva experiencia tampoco funcionó, ya que el joven seguía teniendo el “gusanillo” del arte y la vida de oficinista le agobiaba sobremanera. Incluso llegó a escribir en un libro de cuentas del banco que “no es sin terror que el banquero Cézanne ve cómo tras su pupitre nace un pintor”. Finalmente, Cézanne regresó a París en noviembre de 1862, retomando sus estudios en la Académie Suisse. Frecuentaba el Café Guerbois, donde se reunían los jóvenes artistas, liderados por Monet.

Según narraba este pintor, en las reuniones con sus amigos parisinos, Cézanne solía jactarse de sus aires provincianos explotando con gracia el contraste con el estilo capitalino de sus amigos. Junto a algunos de ellos, a quienes se les había negado la participación en el Salón Oficial de 1863 -la más importante exhibición artística del momento, de corte más bien clásico-, Cézanne participó en una exposición alterativa titulada “Salón des Refuses”, que no tuvo demasiada repercusión.

Sin embargo, la vida parisina seguía ahogando a Cézanne y, en 1864, decidió volver a Aix, alternando, desde ese momento, sus estancias en el campo con las de la ciudad y trabajando en una serie de obras caracterizadas por la violencia y el erotismo.

En una de esas largas estancias en París se enamoró y comenzó a vivir en secreto con Hortense Fiquet, una joven encuadernadora que solía posar para diferentes pintores. Con el estallido de la guerra franco-prusiana la pareja se traslado a L´Estaque, un pueblo cercano a Marsella, para evitar que Paul fuese llamado a filas. Allí comenzó a interesarse por el paisaje coqueteando ya con el estilo que, más tarde, sería bautizado como impresionismo, siendo su obra más destacada de este periodo “La casa del ahorcado”. En 1872, nació su hijo Paul, el único que tuvo con Hortense, pero el pintor se negaba a que su familia supiese de la existencia de ambos para no perder la asignación que le enviaba su padre. En París, Paul conoció a Vincent Van Gogh y, juntos, pasaron una buena temporada en la casa que el doctor Gachet, visionario coleccionista de jóvenes pintores, tenía en Pontoise. Según sus propias palabras, aquellos fueron algunos de los mejores años de su vida.

Cézanne trabajaba la pintura y el grabado intentando, en vano, hacerse un hueco en el Salón Oficial. Hartos de que los academicistas rechazasen sus obras, Paul y sus amigos fundaron la Sociedad Anónima Cooperativa de Artistas Pintores, Escultores y Grabadores y montaron una exposición que fue vapuleada por la crítica. A pesar de ello, un cuadro de Monet se hizo especialmente famoso, “Impresión, sol naciente”, dando nombre a la nueva corriente. Pero Cézanne, cuyas obras fueron criticadas con especial crudeza, no acababa de comulgar con las ideas de sus compañeros y, poco a poco, se fue distanciando de ellos. Empezaron a llamarle “el ermitaño de Provenza” y sólo Pissaro, Monet y Renoir mantenían contacto con él.

En 1877, Cézanne sufrió su primera bronquitis; al año siguiente, su padre descubrió la existencia de Hortense -que no solía viajar con el pintor, pero vivía con el en Paris-, y redujo la asignación de Paul. Fue su amigo Zola, a quien las cosas le iban francamente bien, quien empezó a ayudarle económicamente, pero, a pesar de ello, su amistad no tenía futuro: Zola quería que Cézanne era un fracasado y, para este, el escritor era un burgués arribista. No ayudó que el pintor se sintiera identificado con el artista fracasado que protagonizaba el libro de Zola “La obra”.

A pesar de que, por fin, había conseguido que uno de sus cuadros fuese admitido en el Salón Oficial, eran malos tiempos para Cézanne, que también sufrió una neuralgia y fue forzado por su madre y por su hermana a casarse con Hortense, en 1886, aunque eso no arregló su distanciamiento. Ese mismo año su padre, Louis Auguste, falleció, dejando a sus herederos 1,6 millones de francos.

En diciembre de 1895, Cézanne consiguió presentar su primera exposición en solitario. Renoir, Pissarro, Matisse, Degas y Monet alabaron sus obras, pero no así el público, y el artista se volvió cada vez más huraño. Poco a poco, sus cuadros empezaron a cotizarse, organizándose exposiciones suyas, incluso, en el extranjero y artistas más jóvenes, como Gaugin, lo consideraban un referente para su trabajo, pero el carácter del maestro empeoraba por momentos, al igual que su salud, agravada por una diabetes y una fuerte bronquitis. A pesar de su débil estado, en agosto de 1906, trabajaba al aire libre en los alrededores de Aix cuando le sorprendió una fuerte tormenta, busco refugio en los alrededores, pero se desmayó. Rescatado por los campesinos locales, los médicos le recomendaron descanso, pero él estaba empeñado en acabar un retrato del jardinero Vallier. Sería su último cuadro. El 22 de octubre de 1906 falleció de una pulmonía en su piso de Aix-en-Provence, su localidad natal, cuyos alrededores inmortalizó en gran parte de sus obras.

VÍDEOS DE Paul Cezanne
A continuación podemos ver un vídeo de Paul Cezanne :





Fotos de Paul Cezanne:



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