Pedro
Almodóvar Caballero nació el 25 de septiembre
de 1951envCalzada de Calatrava (Ciudad Real). Fue el tercero
de los cuatro hijos( primero nacieron dos chicas, Antonia
y María Jesús, y luego Agustín) de Antonio
Almodóvar un arriero que transportaba vino desde el
pueblo a Granada, y Francisca Caballero, un ama de casa aficionada
a escribir poesía.
De su madre, una mujer imaginativa, intuitiva y desenfadada,
sacó Pedro su afición por el cine y su carácter
alegre y dicharachero. Doña Francisca veía con
sus hijos las carteleras de los cines y a partir de las fotos,
se inventaba los argumentos. Siendo un crío, empezó
a coleccionar anuncios de filmes y fotografías de actrices.
Su favorita era Ava Gardner. Poco amante de los juegos de
chavales, Pedro prefería leer, imaginar y charlar.
Le gustaba sentarse en el patio de su casa a escuchar a su
madre, sus hermanas y las vecinas mientras cosían.
Cuando tenía ocho años, la familia emigró
al pueblo extremeño de Madrigalejo. Almodóvar
estudió el bachillerato interno en Cáceres con
los padres Salesianos y Franciscanos, y en esa época
empezó a ir al cine de forma casi compulsiva. De su
época de colegial asegura que fue su primer amor, un
chico deportista y brutote, totalmente diferente a é1.
En 1967, cuando cumplió los 16 años, su padre
quiso buscarle trabajo como oficinista, pero Pedro se negó,
había decidido irse a Madrid para estudiar y hacer
cine. Sus padres no lo entendieron y la ruptura fue violenta,aunque
al cabo de algunos años las relaciones se restablecieron.
Ya en Madrid no pudo matricularse en la Escuela Oficial de
Cine, porque Franco acababa de cerrarla. Como no podía
dedicarse a aprender la forma, Almodóvar se dedicó
a aprender los contenidos y se lanzó a vivir todas
las experiencias que se pusieran a tiro. Se dejó el
pelo largo, se hizo hippy y vendió bisutería
por las calles, pero en 1969 decidió estabilizarse
económicamente y opositó a una plaza de funcionario
en la Telefónica. Aprobó el examen (se presentó
con el pelo largo escondido en el cuello de la camisa) y con
su primer sueldo (después de provocar un buen escándalo
cuando se presentó a trabajar sin ocultar su melena)
se compró una cámara de Super-8. En los 12 años
que trabajó como administrativo nunca olvidó
su objetivo (trabajar en el cine) y aquella experiencia le
permitió ver de cerca los dramas, las alegrías
y las miserias de una clase social (la media tirando a baja)
que, de otra forma, no hubiera conocido.
A principios de los años 70, en pleno declive del
duro régimen franquista, la vida política, cultural
y social de Madrid estaba en plena ebullición. El actor
Félix Rotaeta lo puso en contacto con el grupo teatral
Los Galiardos, donde conoció a Carmen Maura.
Mientras hacía sus pinitos como actor, escribía
relatos delirantes, escatológicos e irreverentes, que
publicaba en revistas marginales como “Víbora”
o “Vibraciones”, y dirigía sus primeros
cortometrajes mudos (durante la proyección él
mismo hacía el relato de lo que sucedía) con
títulos tan rimbombantes como “La caída
de Sodoma”, “Sexo va, sexo viene” o “Salomé”.
También formó dúo musical con el impactante
Fabio MacNamara, “uña y esmalte” de Pedro
en aquellos años de efervescencia.
Brillante, divertido, rompedor, terriblemente ingenioso
y con ganas de hacer carrera, Pedro Almodóvar se ganó
en poco tiempo una notable fama como “superochista”,especialmente
con el corto “Folle, folle, fólleme Tin”.
Pero todavía seguía siendo un aficionado, alguien
fuera de la industria cinematográfica. En 1978, Almodóvar
le enseñó a Carmen Maura el guión de
una fotonovela que había escrito con el título
de “Erecciones generales”. La actriz lo convenció
de que tenía que llevarlo al cine, pero en formato
profesional. Dando sablazos a los amigos, con la colaboración
del malogrado productor catalán Pepón Corominas
y un rodaje de todo un año (rodaban fines de semana
en casas de amigos) nació “Pepi, Luci, Bom y
otras chicas del montón”, el primer largometraje
de Almodóvar. Se estrenó en 1980, poco antes
de que muriera su padre. Pese a todos sus defectos formales
(tantos que se convertían en virtudes), el filme fue
un éxito entre los modernos y los cinéfilos
más abiertos de miras. Alphaville-Musidora le financió
su segunda película, “laberinto de pasiones”,
que se presentó en el Festival de San Sebastián
en 1982, año de la publicación de su primera
novela, “Fuego en la entrañas”.
Su tercera película, “Entre tinieblas”,
dejó claro que Almodóvar era un director con
un estilo tan propio y un universo tan singular que no podía
dejar indiferente: o despertaba amores incondicionales u odios
encendidos.
Pero el Almodóvar rompedor dejó paso, en su
cuarta película, a un creador capaz de hacer poesía
en los escenarios más lumpen. “¿Qué
he hecho yo para merecer esto?”, con una impresionante
Carmen Maura en el papel de ama de casa adicta a los optalidones,
fue su primera gran película, a la que siguió
otra no menos excepcional: “La ley del deseo”,
producida ya con su propia productora.
Pero el verdadero punto de inflexión en la carrera
de Almodóvar fue “Mujeres al borde de un ataque
de nervios”, ganadora de 40 premios, entre los que destacaron
cinco Goyas y la candidatura a un Oscar que no ganó.
Esta excelente comedia, que fue la película extranjera
más taquillera en EEUU en el año 1989, archivó
al Almodóvar más fresco y “petardo”
para dar paso al cineasta que cuida hasta el último
detalle, el de las “chicas Almodóvar”,
el de las fiestas “glamourosas”, y la fama. “Mujeres...”
supuso también la ruptura entre el director y su musa,
Carmen Maura, y la aparición de otras actrices de referencia:
Victoria Abril, Marisa Paredes, Bibi Andersen... En 1990 estrenó
“Átame”, película que, junto con
“Tacones lejanos”, “Kika”, “La
flor de mi secreto” y “Carne trémula”,
evidenció, según algunos, una crisis de identidad
en Almodóvar. El director había mejorado en
técnica cinematográfica, pero en el camino sus
contenidos eran más repetitivos. Su película
número 13, “Todo sobre mi madre”, fue su
consagración nacional e internacional, ya que el filme
consiguió en el 2000, poco después de que su
madre muriera, el Oscar a la mejor película de habla
no inglesa.
En la cumbre de su popularidad cuando acaba de estrenar
su última película, “Hable con ella”,
Almodóvar es un cineasta tocado por la genialidad,
un conversador ágil y divertido, un hombre extrovertido,
pero también reservado en cuanto a su vida personal
(nunca han trascendido sus amores) y, sobre todo, un gran
narrador de historias donde lo estrambótico parece
perfectamente natural.
VÍDEOS DE Pedro Almodovar
A continuación podemos ver un vídeo de Pedro Almodovar :