Rasputin

RasputinGrigori Yefimovich Rasputín nació en 1869 en Pokróvskoie, una aldea de Siberia (Rusia). Era hijo de Anna Vasilievna y de EfimYakovlevich Rasputín, quien alternaba el trabajo de campesino con la profesión de carretero y de estibador en los barcos de vapor y las barcazas de remolque.

Rasputín no tenía hermanos, ya que todos los bebés que tuvo su madre murieron antes de que él llegara al mundo. Fue un joven flaco y poco atractivo que, sin embargo, poseía unos llamativos ojos de mirada hipnótica que cautivaban a las mujeres. Según sus paisanos, más de una vez lo pillaron totalmente borracho y en compañía de prostitutas, y no era raro verlo peleándose a puñetazo limpio con otros jóvenes del pueblo. De su persona emanaba una fuerza desmesurada que él convertía en violencia, lo que le valió el sobrenombre de Grishka (el loco).

En aquella época no se sentía satisfecho con su vida de campesino. Se hacía preguntas para las que no tenía respuesta y su única salida era emborracharse. Un día, un paisano suyo lo pilló robando una cerca de su campo y, con una estaca, le propinó un golpe en la cabeza. A partir de aquel momento Rasputín cambió radicalmente de actitud. Vio peligrar su vida y decidió cambiarla.

A los 28 años, contrajo matrimonio con Praskovia Fiodorovna, una campesina del pueblo vecino dos años mayor que é1. Vivían en casa de los padres de Rasputín y tuvieron tres hijos varones y dos chicas. Por aquel entonces, Grigori se ausentaba a menudo del hogar para visitar los monasterios de Tiumén y Tobolsk, cercanos a su aldea. Se había operado en él una profunda transformación: de joven violento y borracho a un fanático buscador de Dios. Incluso decía tener visiones en las que se le aparecía la Virgen. Dejó de fumar, de beber y de comer carne y dulces y eligió convertirse en peregrino o vagabundo. En aquella época, era alguien que, siempre a pie y viviendo de limosnas, dejaba su hogar para adorar las santas reliquias y los iconos sagrados del país.

Así, Rasputín pasó temporadas en los monasterios de Kiev, en las iglesias de Moscú y en los templos de Petersburgo, pero su objetivo principal era el monasterio Nikolaev de Verjoturie, donde se guardaban las reliquias de San Simeón de Verjoturie, el santo favorito de Grigori, porque decía que de él emanaba la fuerza misteriosa que crecía en su interior. Durante esta época tuvo contacto con curanderos y hechiceros siberianos, de los que aprendió los antiguos secretos de sus remedios. De vez en cuando regresaba a su casa para visitar a su familia, pero partía de nuevo. Así pasó más de diez años.

De su contacto con los sabios de los monasterios supo también de la existencia de varias sectas, como los jlisti (flageladores) y los skoptsi(castrados), perseguidos por la Iglesia Ortodoxa. Las doctrinas de esas sectas en las que el fanatismo, la lascivia y la fe en Dios se confundían en una sola cosa influyeron en el futuro de Rasputín.

Posteriormente, cuando ya se había convertido en alguien indispensable para los zares, la Iglesia Ortodoxa y el Gobierno ruso lo acusaron varias veces de pertenecer a los jlisti, quienes predicaban que a Dios se llegaba mediante el arrepentimiento. Pero, para ello, primero tenían que pecar, con lo que organizaban orgías de “pecado colectivo”. La activa vida sexual de Rasputín tenía mucho que ver con esto. A menudo pecaba con varias mujeres el mismo día, se arrepentía y, luego, se purificaba.

En la víspera de la primera revolución rusa, en 1903,Rasputín apareció en Petersburgo con una carta de presentación de uno de los jerarcas de la Iglesia. Por entonces, su fama de hombre santo, capaz de curar a los enfermos y de predecir el futuro, ya había traspasado los límites de Siberia y tenía muchos admiradores, sobre todo mujeres. Se alojó en la abadía de Alejandro Nevskicon el obispo Sergio, quien le presentó a las más altas personalidades, ansiosas de conocer el futuro que les esperaba en aquella época de inestabilidad política.

Fueron sus protectores, el gran duque Nikoláievich y la gran duquesa Militsa, quienes, en 1905, lo introdujeron por primera vez en palacio. El heredero del trono ruso, Alexis, era hemofílico, y los zares buscaban desesperadamente a alguien que lograra aliviar los dolores que sufría el pequeño. Grigori causó, de inmediato, muy buena impresión a la zarina, Alejandra, quien, a partir de aquel momento, depositó todas sus esperanzas en aquel hombre de mirada hipnótica que, con sólo poner las manos sobre su hijo, lograba calmar los sufrimientos del príncipe. Rasputín se hizo indispensable en palacio, al que era llamado cada vez con más frecuencia. Cuando no estaba en palacio, se reunía en su casa con sus múltiples admiradoras -en su círculo de seguidores había muy pocos hombres- quienes veneraban a aquel campesino semianalfabeto como si de un Dios se tratara.

Su poder fue aumentando con el paso del tiempo, hasta el punto de afirmar: “Mientras yo viva, la dinastía vivirá”. Su influencia alcanzó su punto álgido en 1915, cuando el zar tomó el mando delas tropas en el frente ruso y dejó a su esposa encargada de los asuntos del imperio, con Grigori como principal consejero. Los escándalos sexuales que protagonizaba y sus sonadas borracheras aparecían a menudo en los diarios y, cuando influyó en el zar para que no entrara en guerra contra Alemania, la duma al completo se rebeló contra él. En febrero de 1916, cuando impuso su candidato, Stürmer, en la presidencia del consejo. el mariscal de palacio y la emperatriz madre denunciaron su perniciosa influencia en la política, pero Rasputín contaba con el apoyo del ministro Stolypin y el zar, Nicolás II, hacía oídos sordos a cualquier acusación. Su influencia llegó a hacerse intolerable, pero, aún así, el zar, muy influido por su esposa, no le retiró su confianza.

Acusado de favorecer la política germánica en Rusia, y ante el descrédito en el que estaba sumiendo a la corona, varios nobles, encabezados por el príncipe Yusúpov, decidieron asesinarlo. Rasputín confiaba ciegamente en Yusúpov, quien, durante la noche del 16 de diciembre de 1916, fue a buscarlo a su casa para llevarlo a su palacio con la excusa de que su esposa se encontraba mal y necesitaba su ayuda. Allí, los conspiradores lo envenenaron y le dispararon varias veces. Una vez muerto, de madrugada, lanzaron su cuerpo al río Neva, en San Petersburgo. El cadáver fue hallado dos días después, flotando en las heladas aguas del río. Multitud de personas acudieron a aquel lugar con frascos, jarras y cubos para llenarlos con el agua en la que había estado flotando el cuerpo de Rasputín, puesto que creían firmemente que el contacto con su cuerpo tenía efectos milagrosos y curativos, tal como él había hecho creer en vida. La zaina, por su parte, veneró sus restos hasta que fueron quemados por los bolcheviques, poco antes de asesinar a toda la familia imperial, en 1918.

VÍDEOS DE Rasputin
A continuación podemos ver un vídeo de Rasputin :





Fotos de Rasputin:



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