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Salomon August Andrée



BIOGRAFÍA DE Salomon August Andrée:

Nombre real: Salomon August Andrée
Profesion: ingeniero, físico, político aeronauta , aventurero
Nacimiento: 18 de octubre de 1854.
Lugar de Nacimiento: Gränna (Suecia)


Salomon August Andrée fue un ingeniero, físico, aeronauta y político sueco, nacido en Granna el 18 de octubre de 1854. Como todos los exploradores árticos y antárticos, Andrée estaba dotado de una gran audacia, perseverancia y valor.

A fines del siglo XIX, los adelantos científicos y tecnológicos hicieron que se desataran grandes sueños de aventuras que impulsaron a hombres propensos a las aventuras a embarcarse en peligrosas misiones exploratorias de los confines más recónditos y salvajes del mundo. Andrée, quien hubiera dedicado gran parte de su vida a la investigación aerostática, se creía capaz de construir un aparato capaz de volar hasta el polo norte.

Por aquel entonces, varios aventureros se habían embarcado en la exploración del Ártico, con la finalidad de llegar al Polo Norte. Estas expediciones eran financiadas por las sociedades científicas nacionales y los propios gobiernos de las principales naciones de Europa y los Estados Unidos, estos últimos embarcados en una carrera por la obtención de nuevos territorios y recursos. Inclusive varios periódicos financiaron parte de las expediciones a cambio de la exclusividad de la publicación de los logros.

El proyecto de Andrée

En 1894, Andrée hizo pública su intención de realizar una expedición al Polo Norte. Las expediciones realizadas hasta ese momento fueron empleando trineos o barcos encallados en el hielo y aprovechando la deriva de los hielos, pero todas habían fracasado. La propuesta de Andrée era totalmente diferente y consistía en emplear un globo aerostático, método mucho menos ortodoxo y por aquel entonces, todavía experimental.

El 15 de febrero de 1895 se presenta ante la Academia Sueca y expone su proyecto, ante un público tan propenso como él a creer ciegamente en las virtudes de los avances científicos y tecnológicos, pero además, necesitado de un proyecto de conquista de las áreas polares, ya que varios países europeos los tenían y se encontraban llevándolos a la práctica.

El resultado de la conferencia de Andrée fue el total apoyo y la ovación del público presente. El entusiasmo que levantó el proyecto fue tal que el propio Nobel y el rey Oscar II decidieron apoyar económicamente el proyecto.

Los planes de Andrée, que vistos desde nuestro tiempo nos parecen extremadamente arriesgados, consistían en construir un globo, bautizado “Ornen” (Águila), confeccionado con 3.360 cuadrados de seda distribuidos en tres capas y recubierto por una red construida en cáñamo previamente bañado con vaselina, cuya finalidad era evitar que atrajera la humedad y aumentara el peso del globo. La barquilla estaba dispuesta para albergar a tres hombres (en forma bastante incómoda), instrumental científico, trineos, un bote, 32 palomas mensajeras (a solicitud de un diario sueco, el que había aportado una fuerte suma de dinero a cambio de que se le informara de los progresos de la expedición) y los víveres necesarios para sobrevivir durante tres meses, además del necesario lastre para ser arrojado en caso de que las condiciones de vuelo lo requiriesen.

Andrée seleccionó a sus compañeros, el ingeniero Knut Fraenkel, quien fuera su amigo, y el meteorólogo Nils Strindberg de 25 años de edad, ambos también de nacionalidad sueca.

El vuelo

La partida se produjo el 11 de julio de 1897. Desde el inicio, el Ornen comenzó a dar muestras de dificultades, cuando al alcanzar la altura de 90 metros se encontró con una masa de aire frío, haciendo que se precipitara hacia el mar. Las maniobras de arrojar lastre dieron resultado, por lo que el Ornen poco después alcanzaba la altura de 400 metros y comenzaba su viaje hacia el norte empujado por los vientos del sur propios de la época. Sin embargo, las consecuencias de esta primera dificultad implicaron la pérdida de una buena parte del precioso lastre, además de dos de las tres cuerdas empleadas para dirigir el globo.

La pérdida de los cables de dirección, sumados a los vientos variables y condiciones climáticas difíciles para la navegación aérea, hicieron que el viaje se tornara cada vez más dificultoso, ya que resultaba bastante difícil mantener una dirección constante. Sin embargo, tras dos días de navegación alcanzan la latitud 82º2’, algo que resulta verdaderamente sorprendente y los alienta.

A partir de allí, las dificultades comenzarían a multiplicarse. En varias oportunidades, la barquilla golpeó el hielo, debido a constantes subidas y descensos, provocadas por las cambiantes condiciones climáticas. En una oportunidad, se vieron atascados al quedar enredada la cuerda de dirección en una roca, lo que los retuvo en esa posición durante un día entero, hasta que finalmente, un cambio en la dirección del viento hizo que la cuerda se soltara.

El mismo 13 de julio, se produce un pequeño incendio en la barquilla, lo que agrega más tensiones a la agotada tripulación. Además, comienzan a arrojar algunos elementos más prescindibles, ya que deben aligerar peso para poder mantener el globo en el aire. Cuando llegan a la latitud 82º 56’, se ven obligados a abandonar el globo, ya que no podían seguir dejando material necesario para su supervivencia para mantener el globo en el aire.

El viaje de regreso

La alternativa de tener que regresar a pie a través del hielo estaba prevista desde el comienzo, por lo que se había provisto a la expedición de trineos, un bote y provisiones para tres meses. Además se habían establecido dos puestos de reaprovisionamiento en direcciones totalmente diferentes, para cualquier eventualidad.

El primer objetivo trazado para el viaje de retorno era un puesto de aprovisionamiento ubicado en el cabo Flora. Sin embargo, la banquiza sobre la que se encontraban estaba derivando en otra dirección, lo que los hizo cambiar de rumbo y dirigirse al segundo puesto de aprovisionamiento, ubicado en dirección a Spitzbergen.

La fragmentación de la banquiza hizo que pronto se encontraran flotando en un trozo de hielo cuya superficie emergida no era superior a los 24 metros cuadrados. Cuando se encontraban en estas circunstancias, divisan la isla Blanca, un peñón desierto e inhóspito. Empleando el bote, abandonan el témpano y logran llegar a la isla.

Trágico y misterioso final de expedición de Andrée

La vida en semejantes condiciones, alimentándose de la caza de osos polares, focas y peces, viviendo en chozas construidas con hielo y nieve, es verdaderamente difícil. Sin embargo, el final de estos tres expedicionarios resulta un misterio hasta nuestros días, a no ser por especulaciones no bien fundamentadas.

Lo cierto es que los cuerpos de los tres hombres fueron encontrados recién 33 años más tarde. Se sabe que el hombre más joven de la expedición, Strindberg, fue el primero en fallecer, ya que su cuerpo se encontraba sepultado por algunas piedras a modo de tumba.

Esta tragedia es parte de la fiebre de aventuras desatada en aquellos tiempos, provocando muchas víctimas y frustraciones, fundamentalmente debido a la falta de previsión y desconocimiento de las condiciones a las que se enfrentarían.


FOTOS DE Salomon August Andrée:


  





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