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Santa Rosa de Lima



BIOGRAFIA DE Santa Rosa de Lima

Nombre Real: Isabel Flores de Oliva, O.P..
Ocupación: Santa devota.
Nacimiento: 20 de abril de 1586.
Lugar de Nacimiento: Lima, Perú.
Festividad: 30 de Agosto.
Fallecimiento (†): 24 de agosto de 1617 - Lima, Perú.


De familia pobre, ella desde pequeña se inclinó a la oración y a la meditación, y se propuso vivir para amar sólo a Jesucristo. En 1606 ingresó en la Orden dominica, tomando el nombre de Rosa de Santa María. Luego se recluyó en la Ermita que ella misma construyó en un rincón del huerto de su casa. En 1672 fue canonizada. Es patrona principal de América, Filipinas y las Indias Occidentales.

Santa devota

Isabel Flores de Oliva nació en Lima, Perú, el 20 de abril de 1586. Sus padres, Gaspar Flores y María de Oliva, tuvieron trece hijos. Según la leyenda, a los tres meses de nacida, una india fue a velar el sueño de la niña y pudo comprobar que su rostro se había convertido en una rosa. éste es considerado su primer milagro.

Desde pequeña tuvo una gran inclinación a la oración y a la meditación, y se propuso vivir para amar sólo a Jesucristo. Debido a problemas económicos de la familia, trabajaba el día entero en el huerto y solía bordar para diferentes familias de la ciudad.

Aunque ella se encontraba feliz y conforme con la vida que llevaba, sus padres estaban interesados en que se casase, sobre todo con un joven de la alta sociedad que de Rosa se enamoró. La familia estaba entusiasmada por el hecho de que ellos eran pobres y esto daría a la joven un futuro mejor. Pero Rosa, tomó la decisión de brindar su amor a Dios, renunciando de esta manera al matrimonio.

En 1606 ingresó en la Orden dominica, y tomó el nombre de Rosa de Santa María. A partir de entonces, se recluyó en la Ermita que ella misma construyó con ayuda de su hermano, Hernando, en un rincón del huerto de su casa.

De allí salía para atender a los enfermos, para ayudar en las necesidades espirituales de los indígenas y los negros, y para ir al Templo de Nuestra Señora del Rosario. Santa Rosa fue laica, no monja de clausura como algunos creen. Vivió en la casa de sus padres como terciaria dominica (usando el hábito dominico). Además de ayudar a los necesitados, dedicó la mitad de las horas del día al trabajo manual, tejiendo, bordando y cultivando flores en su jardín.

Ya cerca del final de su vida, cayó gravemente enferma. Murió a los 31 años, el 24 de agosto de 1617, como ella lo profetizó. Su entierro fue todo un acontecimiento para la ciudad de Lima. Una gran multitud fue a despedirla con total entusiasmo. En su traslado hacia la Iglesia del Rosario acudieron el virrey, el Cabildo Secular y Eclesiástico, las órdenes religiosas presididas por la orden de Santo Domingo de Guzmán, los oidores y personas notables.

Los milagros empezaron a sucederse en favor de los que invocaban la intercesión de Rosa. Hoy sus restos se veneran en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Lima (Santo Domingo). En 1668 Clemente IX firmó su beatificación y la declaró, al año siguiente, patrona de Lima y Perú. Luego Clemente X, en 1670, la declaró patrona principal de América, Filipinas y las Indias Occidentales, y la canonizó en 1672.

Se la venera cada 30 de agosto, día feriado en toda la República del Perú y algunos otros países latinoamericanos. En esa fecha, su imagen recorre las calles de Lima acompañada de las banderas de todos los países de América.



FOTOS DE Santa Rosa de Lima:

  

ESCRITOS DE Santa Rosa de Lima:

  El salvador levantó la voz y dijo, con incomparable majestad:
"¡Conozcan todos que la gracia sigue a la tribulación.
Sepan que sin el peso de las aflicciones no se llega al colmo de la gracia. Comprendan que, conforme al acrecentamiento de los trabajos, se aumenta juntamente la medida de los carismas. Que nadie se engañe: esta es la única verdadera escala del paraíso, y fuera de la cruz no hay camino por donde se pueda subir al cielo!" Oídas estas palabras, me sobrevino un impetu poderoso de ponerme en medio de la plaza para gritar con grandes clamores, diciendo a todas las personas, de cualquier edad, sexo, estado y condición que fuesen:
"Oíd pueblos, oíd, todo género de gentes: de parte de Cristo y con palabras tomadas de su misma boca, yo os aviso: Que no se adquiere gracia sin padecer aflicciones; hay necesidad de trabajos y más trabajos, para conseguir la participación íntima de la divina naturaleza, la gloria de los hijos de Dios y la perfecta hermosura del alma."
Este mismo estímulo me impulsaba impetuosamente a predicar la hermosura de la divina gracia, me angustiaba y me hacía sudar y anhelar. Me parecía que ya no podía el alma detenerse en la cárcel del cuerpo, sino que se había de romper la prisión y, libre y sola, con más agilidad se había de ir por el mundo, dando voces:
"¡Oh, si conociesen los mortales qué gran cosa es la gracia, qué hermosa, qué noble, qué preciosa, cuántas riquezas esconde en sí, cuántos tesoros, cuántos júbilos y delicias! Sin duda emplearían toda su diligencia, afanes y desvelos en buscar penas y aflicciones; andarían todos por el mundo en busca de molestias, enfermedades y tormentos, en vez de aventuras, por conseguir el tesoroúltimo de la constancia en el sufrimiento. Nadie se quejaría de la cruz ni de los trabajos que le caen en suerte, si conocieran las balanzas donde se pesan para repartirlos entre los hombres.".

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